La magnitud de la crisis humanitaria en Ucrania -un país con 44,3 millones de habitantes- se nota en la velocidad con la que cambian las cifras.
Cuando, hace apenas siete días, comenzó la ofensiva rusa, se hablaba de decenas de miles de potenciales refugiados. Pocos días después eran ya cientos de miles. Y, este miércoles, la agencia de la ONU para los refugiados, Acnur, estimado en cuatro millones “las personas que podrían escapar de Ucrania en las próximas semanas y meses”.
Ya lo ha hecho un millón, según anunció este jueves el máximo responsable de Acnur, Filippo Grandi.
“En solo siete días hemos sido testigos de un éxodo de un millón de refugiados de Ucrania a países vecinos. Para muchos millones más dentro de Ucrania es el momento de que callen las armas para que les pueda llegar ayuda humanitaria vital”, señaló en Twitter.
“La mayor crisis de refugiados del siglo”
Es la mayor crisis de refugiados en Europa desde las guerras de los Balcanes en los años noventa del pasado siglo y, por su espectacular ritmo de incremento, va camino de ser la más grave desde la Segunda Guerra Mundial.
“Estamos ante lo que podría convertirse en la mayor crisis de refugiados de Europa en este siglo”, indicó ya este martes Grandi.
Naciones Unidas hizo un llamamiento urgente de ayuda humanitaria por una cuantía de u$s1.700 millones, de los que u$s550 millones se destinarían a socorrer (desde un lugar donde dormir hasta ayuda psicológica) a los ucranios -en su gran mayoría mujeres y niños- que escapan de la guerra.
“Se escuchan disparos continuamente por doquier, lo que hace que la seguridad de todos ellos sea frágil; incluso estamos recibiendo cientos de llamadas de desesperación porque les resulta imposible llegar a la frontera”, explicó Gabriela Leu, portavoz de Acnur Rumania.
Más de la mitad cruzó a Polonia por una frontera de más de 500 kilómetros. Es un país con un idioma parecido y en el que ya residen un millón de ucranios, principalmente migrantes económicos.
También allí se dirigieron la mayoría de ucranios en 2014, tras la anexión rusa de Crimea y el inicio de la guerra del Donbás. El resto lo hizo a Hungría, Moldavia, Eslovaquia, Rumania y Rusia.
“El perfil va cambiando. Antes, se dirigían a casa de un familiar o conocido, ahora no tienen ningún plan”, indica Sorin Ionita, director del think tank Expert Forum, desde Isaccea, un diminuto puerto rumano del Danubio.
La experiencia de la guerra de los Balcanes
La Comisión Europea dio luz verde este miércoles con rapidez a un proyecto para aplicar la protección temporal a todas las personas que lleguen desde Ucrania.
Está previsto que el Consejo de Ministros de la UE lo apruebe cuanto antes. Es un mecanismo establecido en 2001, a raíz de las guerras de los Balcanes, que nunca se utilizó.
“Desafortunadamente, tenemos que prepararnos para la llegada de millones de personas”, advirtió este martes la comisaria europea de Asuntos Internos, Ylva Johansson.
En el lado ucranio del principal paso fronterizo con la localidad rumana de Siret, la cola de coches se extendía ayer hasta 20 kilómetros, por lo que la travesía desde Kiev, que normalmente duraría ocho horas, puede ser ahora de dos días.
Algunos recorren a pie por el costado lateral de la carretera los últimos kilómetros, pese a que nieva y la sensación térmica a mediodía es de seis grados bajo cero.
Atrapadas en Kiev
Iryna Draganova y Elizaveta son dos pianistas de mediana edad de Mariupol (446.000 habitantes, en el este de Ucrania) a las que, según se mire, el azar les puede haber salvado la vida o jugado una mala pasada.
Ya en Rumania, Draganova cuenta que horas antes del comienzo de la invasión se encontraban en el aeropuerto de Kiev, preparadas para volar a la ciudad alemana de Dortmund para visitar a unos amigos.
“Fuimos, seguro, de las primeras personas en enterarse de que había comenzado la guerra”, recuerda.
El cierre del espacio aéreo frustró el viaje y tuvieron que elegir entre quedarse en casa de unos amigos en la hoy bombardeada capital, intentar regresar a su ciudad -casi rodeada por las fuerzas rusas y sin electricidad ni gas en la mayoría de barrios- o salir del país.
“Nos quedamos en Kiev, pero muchas bombas nos hicieron cambiar de opinión”, asegura Draganova, que se refugia constantemente en el humor para lidiar con la nueva situación.
“Regresaremos lo antes posible, en cuanto Ucrania vuelva a ser un país independiente y soberano”, sentencia. “Mariupol no es seguro ahora. Creo que hicimos bien en quedarnos en Kiev”, apunta a su lado Elizaveta.
En Siret, en apenas 24 horas, se levantaron 16 tiendas de campaña de emergencia a muy pocos metros de la aduana y otra para refugiarse del frío justo a la salida de la aldea homónima.
Se ven más puestos con comida, té, botellas de agua y pañales gratis para los recién llegados.
“Ofrecemos sobre todo platos calientes, como sopas o pollo. Sabemos que están entrando diariamente hasta 10.000 personas y calculamos las cantidades en función de eso”, explica Morgan Rains, de World Central Kitchen, la ONG del chef José Andrés, desplegada en varios pasos fronterizos con Ucrania.
“La ofensiva se va a recrudecer”
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, le dijo este jueves a su homólogo francés, Emmanuel Macron, que su ofensiva sobre Ucrania va “según lo previsto” y se va a recrudecer a menos que ese país acepte sus condiciones, entre ellas su desmilitarización, indicaron fuentes del Elíseo.
Putin, según las fuentes francesas, asegura que los ucranianos están cometiendo “crímenes de guerra” y se están comportando como “nazis”.
Fuente: Medios Digitales