En este tiempo de cuaresma, en el marco del día internacional de la mujer, quisiera reflexionar entorno a nuestra Madre María, ejemplo de fortaleza y esperanza para toda la humanidad que experimenta tantas situaciones de crisis social y económica. La Madre María, nos enseña a caminar, superando las adversidades de la vida por la fuerza de la fe y confianza en Dios.
Son tantas las situaciones que quitan la esperanza y desaniman a la sociedad moderna como; las situaciones de violencia dentro y fuera del hogar, el desplazamiento forzado de tantas familias a causa de las guerras, pobreza y calamidades naturales; las desigualdades que causan injusticias y atropellos a la dignidad humana… Son tantas las circunstancias que nos invitan a trabajar juntos para lograr una sociedad cada vez mas igualitaria para todos.
En este tiempo nuestra Madre María, se hace ejemplo de esperanza para la humanidad. Ella nos enseña que confiando en Dios se puede superar toda adversidad y es la esperanza siempre la que nos sostiene e impulsa a seguir esforzándonos para alcanzar los nobles objetivos de la vida.
Estamos rodeados de tantas situaciones de crisis como la que vivió la sagrada familia de Nazaret, que mantienen en vilo a toda la sociedad: inseguridad, desconfianza, amenza de una guerra nuclear, crisis económica y migratoria en todo el mundo… las estructuras que generan marginación e injusticias como algo que nos vamos acostumbrando.
En este tiempo de incertidumbres, la Madre María, nos enseña que la auténtica esperanza nace de la confianza y la seguridad que tenemos en el mismo Dios. La confianza plena en la divina providencia que conducirá nuestra vida. Cada vez que contemplamos a nuestro alrededor el amor de Dios, descubrimos que Él nos ama incondicionalmente y nos impulsa a salir adelante a pesar de tantas adversidades de la vida.
El evangelio de San Mateo nos anima a confiar en el amor de nuestro Dios que nunca nos abandona: “No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta….Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos…” (Mt 6, 25-30).
La Virgen María es ejemplo de gran Esperanza. Ella nos enseña a caminar en la vida, como peregrinos a pesar de los cansancios y contra tiempos. Nos educa a confiar en el amor de Dios… dar este amor a la humanidad. Ella nos guía por el camino de la esperanza que se construye desde el esfuerzo y consciencia de cada uno.
Que en este día internacional de la mujer, sigamos el ejemplo de lucha, confianza y esperanza que nos enseña nuestra Madre María.
Mantengamos viva la esperanza que moviliza, para encontrarnos con el Dios del amor y la solidaridad. Que la esperanza que anida en cada corazón, sea nuestro sostén y motivo de alegría cada día…