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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció ayer un cuarto paquete de medidas contra Rusia por la invasión de Ucrania.
Fue al término de la cumbre celebrada en Versalles e incluyen un cerco a los artículos de lujo, a los criptoactivos para eludir las sanciones, a la importación de productos clave en el sector del hierro y el acero de la Federación Rusa y la prohibición de nuevas inversiones europeas en el sector energético de Rusia.
La UE se encuentra trabajando al unísono con sus socios del G-7 para aumentar la presión económica sobre el Kremlin tras los “buenos” resultados de las tres oleadas de sanciones que se han adoptado previamente. “El rublo se desplomó. Muchos de los principales bancos rusos están aislados del sistema bancario internacional. Las empresas están abandonando el país, una tras otra, al no querer que sus marcas se asocien con un régimen asesino”, declararon desde la Comisión Europea en un comunicado.
Nuevas sanciones
La Comisión Europea negará a Rusia el estatus de nación más favorecida en sus mercados, de modo que ya no dispondrá de los beneficios de ser miembro de la OMC y sus empresas ya no recibirán un trato privilegiado. Suspenderán sus derechos de membresía en las principales instituciones financieras multilaterales, incluidos el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
También se mantendrá la presión a las élites rusas cercanas a Putin, así como a sus familias y facilitadores. Ni el estado ruso ni sus élites podrán hacer uso de las criptoactivos para eludir las sanciones.
Estará prohibida la exportación de cualquier artículo de lujo de la Unión Europea a Rusia. La medida se configura como un golpe directo a la élite rusa. “Aquellos que sostienen la maquinaria de guerra de Putin ya no deberían poder disfrutar de su lujoso estilo de vida mientras las bombas caen sobre personas inocentes en Ucrania”, explicó la Comisión.
Se prohibirá la importación de productos clave en el sector del hierro y el acero de Rusia, lo que privará a esta industria clave de “miles de millones de ingresos por exportaciones y garantizará que nuestros ciudadanos no estén subsidiando la guerra de Putin”, añade.
Y como apartado final, la Comisión propondrá “una gran prohibición de nuevas inversiones europeas en el sector energético de Rusia. Porque no deberíamos estar alimentando la dependencia energética que queremos dejar atrás. Esta prohibición cubrirá todas las inversiones, transferencias de tecnología, servicios financieros, etcétera, para la exploración y producción de energía y, por lo tanto, tendrá un gran impacto en Putin”.
Adicionalmente a estas medidas, en apoyo a Ucrania, la CE desembolsó 300 millones de euros en asistencia macrofinanciera de emergencia, como primer tramo de su paquete de ayuda financiera de 1.200 millones de euros.
Los 7 más poderosos
El G-7, por su parte, comparte medidas como la de negar a Rusia de la condición de nación más favorecida en relación a sus productos clave, la de impedir financiación de las principales instituciones financieras multilaterales, la presión a las élites rusas cercanas a Putin, así como a sus familias y facilitadores, la prohibición de usar los activos digitales.
Asimismo, incorpora nuevas medidas como “luchar contra los intentos del régimen ruso de difundir desinformación. Afirmamos y apoyamos el derecho del pueblo ruso a una información libre e imparcial”, imponer más restricciones a las exportaciones e importaciones de bienes y tecnologías clave a la Federación Rusa, cuyo objetivo es “negar a Rusia los ingresos y garantizar que nuestros ciudadanos no estén suscribiendo la guerra del Presidente Putin, en consonancia con los procesos nacionales.
El Grupo de los Siete añaden que “observamos que las empresas internacionales ya se están retirando del mercado ruso. Nos aseguraremos de que las élites, los apoderados y los oligarcas que apoyan la guerra del presidente Putin se vean privados de su acceso a bienes y activos de lujo. Las élites que sostienen la maquinaria bélica de Putin no deben seguir cosechando las ganancias de este sistema, dilapidando los recursos del pueblo ruso”.
El grupo de países con mayor peso político, económico y militar del mundo señalaron que “nuestros ciudadanos están unidos en la opinión de que sus ahorros e inversiones no deben financiar a las empresas que sostienen la economía y la maquinaria bélica de Rusia. Seguiremos trabajando juntos para desarrollar y aplicar medidas que limiten aún más la capacidad de Rusia de obtener dinero a nivel internacional”.
Gas ruso, una necesidad europea
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó este viernes que la UE considera “factible” prescindir para finales de año de dos tercios de las importaciones de gas natural procedente de Rusia. “No es una prohibición, sino una reducción del gas ruso”, puntualizó von der Leyen en Versalles, dando a entender que no hay intención de cerrar los grifos inmediatamente como sanción a Moscú, pero sí parcialmente.
Para conseguir este objetivo de disminución de la dependencia de gas ruso, los 27 han acordado toda una serie de medidas, que parten desde la diversificación de los países proveedores de gas hasta la aceleración en el despliegue de energías renovables.
Más allá de esa eventualidad, la voluntad clara de la UE es que “a medio plazo tenemos que desembarazarnos de la dependencia del gas y del petróleo rusos”.
Rusia continúa su marcha hacía Kiev, la capital ucraniana
En el día 17 de la guerra lanzada por el Kremlin sobre Ucrania, el Ejército ruso intentaba ayer abrirse paso hacia Kiev a medida que intensificaba sus bombardeos en localidades próximas.
A través de imágenes satelitales, el Ministerio de Defensa británico dio cuenta de que una batería de vehículos pesados rusos que estaban paralizados a 25 km de Kiev reactivaron ayer sus movimientos con el objetivo de asaltar la capital ucraniana en los próximos días.
Las estimaciones realizadas por Londres apuntaban a una resistencia capitalina de, máximo, tres días. Tanto Rusia como el bloque de aliados desestimaban una rápida victoria de las tropas de Moscú, pero Ucrania sorprendió con su valor para repeler cada asedio.
En su camino hacía la capital, el ejército ruso destruyó una base aérea y un depósito de municiones en las inmediaciones de la ciudad de Vasilkov, en la región de Kiev.
El asesor presidencial ucraniano, Mykhailo Podolyak, aseguró que la capital está “lista para luchar”. En la madrugada de este sábado el conflicto estalló al noroeste de la capital y otras ciudades fueron rodeadas y asediadas con fuertes bombardeos.
Putin acusó ayer a las fuerzas ucranianas de “violaciones flagrantes” del derecho humanitario y pidió a Emmanuel Macron y a Olaf Scholz que presionen a Kiev para que les ponga fin. En una llamada telefónica con sus dos homólogos, el presidente ruso mencionó “asesinatos extrajudiciales de opositores”, “toma de rehenes por parte de civiles” y su “uso como escudos humanos”, así como el “despliegue de ‘armas pesadas en áreas residenciales, cerca de hospitales, escuelas y guarderías’, según el Kremlin.
Los medios británicos ‘Sky News’ y ‘BuzzFeed News’ reportaron que el vice ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergéi Ryabkov, anunció que a partir de ahora los envíos de armas a Ucrania serán considerados por su país como “objetivos (militares) legítimos.
El funcionario del Kremlin dijo que su Gobierno “advirtió a EEUU que enviar armas desde varios países no es sólo un movimiento peligroso, sino una acción que convierte a esos convoyes en objetivos legítimos”.
Estados Unidos y otros países envían armas al Ejército ucraniano, pero las tropas occidentales evitan interferir en el terreno para evitar una tercera guerra mundial.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, autorizó este sábado el uso de u$s200 millones para ayudar con armas y equipos militar a Ucrania.