Señora Directora: En alguna oportunidad ya me referí sobre este asunto en las páginas del prestigioso matutino de su dirección. Tiene que ver con la situación económica que atraviesa nuestra querida Patria y algo está fallando porque no es muy agradable nuestra situación económica.
Ya no deseo dar culpas a ningún gobierno que estuvo en el mando, sino sólo sugerir algunas medidas muy profundas para ver si ponemos en marcha el gran territorio que nos legaron nuestros antepasados.
La permisividad de la adquisición de dólares -para fines no de desarrollo industrial- nos llevó a que estén inmovilizados alrededor de 230.000 millones de esa moneda que fueron comprados con pesos argentinos casi en su totalidad ganados aquí.
Por alguna causa, que habría que corregir, buscar las formas que el dinero sobrante sea invertido en compras o en fuentes de trabajo.
A los medios les queda abierto el asunto del dólar, que se publica y aumenta este tipo de bicicleta económica, que vemos que nos hace mal.
También hay una situación preocupante con respecto a la familia. Particularmente he notado que se va disgregando la familia tan necesaria en el desarrollo humano. Los femicidios posiblemente podrían existir en menor cantidad si la protección familiar fuese más concreta.
En un país con tan pocos habitantes, esto sigue aumentando la luz amarilla sobre nuestro destino como país organizado.
La permisividad gubernamental de la proliferación de enseres simples que podrían ser fabricados aquí, son de origen extranjero.
La explotación de los recursos naturales, son todos de primera calidad. Los productos de la agricultura y los minerales, son de los mejores del mundo: se perdió el tiempo en tratar de entregar nuestros productos ya industrializados.
La escasa población humana de nuestro país, tendría que, políticamente, ser distribuida en la inmensidad de nuestro territorio. Tenemos un Buenos Aires con una enorme población, que con el tiempo tendría que ser ubicada con trabajo en este bendito territorio.
Por casa, tampoco estamos lejos de un injustificado aglutinamiento humano. Somos algo más de un millón de almas en nuestro territorio pero como cuatrocientos mil habitantes están radicados alrededor de la Capital cuando en el resto de la provincia falta todo tipo de mano de obra.
La tecnología en los aparatos varios avanza rápidamente pero debería haber más centros de capacitación para atender las roturas de esos enseres.
Saliendo a la calle y viendo a las personas se notan situaciones que comenzaron no hace más de 5 años y que afectarán cuando las personas superen los 55 o 60 años -no quiero dar el nombre de la anormalidad que creo ver, por prudencia- que son sugerencias, consejos, recetas con las que se podría achicar lo que considero una futura pandemia que hará mucho daño en los humanos.
Vivimos desde hace más de 50 años un deterioro nacional. Geográficamente tenemos, creo, el mejor país del mundo por su riqueza en tierras, minerales, climas, geografía. Estimo, con un cambio de timón, en 20 años estaremos entre los países mejores dotados.
Alfredo E. Halberstadt
San Vicente (Misiones)