Cuando exploramos el mundo podemos dejarnos llevar por diferentes tipos de sensaciones. Una de las más poderosas son los olores; ese mágico sentido que nos lleva a evocar el poder de los recuerdos. A través de los olores, podemos viajar a diversos lugares, imaginar e incluso encontrar paz.
Aproximadamente en el 4500 a. C., en Oriente, se comenzó a utilizar la aromaterapia. Se trata de una terapia alternativa, en la que a través de aromas y aceites que se inhalan se consigue un mayor bienestar. En Occidente, esta disciplina se ha empezado a popularizar recientemente.
A través de la aromaterapia se puede encontrar un gran universo de aromas que favorecen un sentimiento de plenitud, a nivel físico y mental.
La aromaterapia es una disciplina en la que se usan aceites esenciales que se extraen de plantas aromáticas para potenciar el bienestar. Además, acompaña a la medicina tradicional, promoviendo la relajación y la salud.
Los olores actúan en nuestra mente a nivel inconsciente, transmitiéndonos diversas sensaciones. Así, en la aromaterapia, cada olor tiene un significado y ayuda a equilibrar una parte del cuerpo y de la mente.
Los receptores del olfato reciben los aromas, y estos viajan hasta nuestro cerebro, donde se procesan. Por un lado, esto ocurre en el sistema límbico, donde asociamos los diferentes tipos de emociones con ciertos aromas y por otro, en el hipocampo, donde se relacionan los olores con recuerdos. Esta parte de nuestra mente es la que se encarga de la memoria. Así, algunos aceites tienen el poder de transformar aquello que pensamos y sentimos.
Además, el olfato no es el único sentido asociado con la aromaterapia: el tacto también juega un papel importante. Esto se debe a que esta terapia se realiza a través de esencias que también pueden ser aplicadas en el cuerpo por medio de masajes.
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