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Fidencia Estela Arapayú fue asesinada a martillazos, los fríos datos de forenses y peritos en criminalística, volcados en un expediente de tres cuerpos o 700 fojas, así lo indican: dormida e indefensa fue atacada a golpes con un elemento punta romo con la fuerza suficiente para quebrarle el cráneo. No se juzga si la mujer de 49 años tenía o no una relación sentimental paralela a la de su esposo Lotario Pablo Puzin (57), acusado por el femicidio.
La segunda audiencia de debate oral ante el Tribunal Penal 2 correspondió a cuatro testigos, dos oficiales de la Unidad Regional IX, un amigo y expareja de la víctima fatal y la proyección de la declaración en Cámara Gesell de una hija de Puzin y Arapayú, tomada pocos días después del martes 14 de mayo de 2019, cuando fue sacado de un pozo ciego el cuerpo en la vivienda de Colonia Oasis.
Ricardo Cholfo (72) admitió ayer que conoció a Fidencia Arapayú y que con ella mantuvo una relación de pareja, durante un año y medio y hasta noviembre de 2018. Ante los jueces y coincidente a su declaración en la etapa de instrucción de la causa realizada por Roberto Sena, juez de Jardín América, recordó que “el (lunes) 6 de mayo estuve con Fidencia en Jardín América hasta las 3 de la tarde que ella fue al hospital (…) Después se comunicó con mensajes de texto. A la noche me dijo que estaba aterrada por Puzin. Me mandó una foto desde el baño de su casa porque tenía miedo”.
De acuerdo al expediente, Arapayú fue asesinada durante la noche del 6 y madrugada del 7 de mayo de 2019. Reconocido por el acusado en su indagatoria ante el juez Sena, el fiscal Jorge Fernández y el entonces (hoy es juez de Instrucción de San Ignacio) defensor oficial, Pedro Benito Piriz. Ayer Cholfo admitió que su vínculo con Arapayú no era oculto, que ya no eran pareja pero su familia lo conocía y que pocos días antes de ser asesinada “ella me dijo que quería volver conmigo para vivir juntos y que se iba a separar (de Puzin)”.
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El último testimonio de ayer correspondió a una de los ocho hijos de Fidencia Arapayú. La adolescente declaró en Cámara Gesell y su relato fue reproducido ayer a solicitud del fiscal del Tribunal Penal 2, Vladimir Glinka. La menor afirmó que existía un clima o contexto de violencia en la vivienda de Colonia Oasis. “Mi papá gritaba mucho, por eso se separaron una vez”.
“Ella le pedía que trabaje y que no gaste toda la plata que conseguía en arreglar el auto y un cuatriciclo. Él se enojaba por eso y gritaba y una vez amenazó con matarse”.
En la misma declaración sostuvo la menor haber encontrado la cartera de su madre en la casa cuando su padre le dijo que se había ido al hospital sola durante la mañana del 7 de mayo. “Me pareció raro, porque nunca salía sin su cartera, su celular y sus documentos. Cuando no volvió con el cole de las 5 (de la tarde) me preocupé”.
Hoy, desde las 8.30 se desarrollará la última jornada de debate, resta un testigo por declarar y los instantes siguientes serán los de mayor expectativa porque corresponderán a alegatos del fiscal Glinka y la defensora Liliam Belloni, el turno para las últimas palabras de Puzin y el cuarto intermedio para la elaboración del fallo.