.El beneficio le fue otorgado por la jueza Correccional y de Menores 1, Marcela Leiva quien lo halló culpable en noviembre de 2018 de protagonizar el 19 de junio de 2016 (Día del Padre) el siniestro vial que le costó la vida al remisero Alberto Mario Andersson, de Leandro N. Alem. Lo que no se modifica con la decisión de Leiva son los diez años de inhabilitación especial para conducir vehículos.
Los dos tercios de la condena se cumplieron el 2 de febrero pasado. Por lo que la defensa de Barboza solicitó la libertad condicional. Medida que fue notificada el lunes a las partes y Barboza abandonó su celda en la Unidad Penal 1 de Loreto perteneciente al Servicio Penitenciario Provincial.
En el choque sobre la ruta nacional 14 perdió la vida el remisero Alberto Mario Andersson (56), quien transitaba desde Leandro N. Alem hacia Cerro Azul a buscar un pasajero. Por el impacto frontal sufrió el traumatismo de cráneo y un fuerte golpe que le rompió el pecho. Su deceso fue instantáneo.
La Toyota Hilux, tan flamante que aún no tenía patente, que pertenecía a la comuna de Arroyo del Medio y que manejaba Barboza, no dio tiempo a que Andersson a bordo de un Ford Fiesta Max pudiera esquivarla en el medio de los 7,20 metros de ancho de calzada de la arteria nacional.
El fallo condenatorio fue ratificado por el Superior Tribunal de Justicia en agosto de 2020 por los nueve ministros del Superior Tribunal de Justicia, Cristian Marcelo Benítez, María Laura Niveyro, Liliana Mabel Picazo, Jorge Antonio Rojas, Roberto Rubén Uset, Ramona Beatriz Velázquez y Froilán Zarza y Rosanna Pía Venchiarutti Sartori, rechazaron el recurso de casación interpuesto por los abogados de Barboza, Walter Orlando Duarte y Roberto Horacio Skanata.
En la ratificación del fallo se destacó, entre fundamentos y voces de periciales, que: “La mecánica y causa eficiente del accidente fue que Cristóbal Barboza iba por el medio de la ruta (nacional 14), invadiendo el carril contrario y que el choque se produce en el medio de la calzada. Ello queda probado por la posición final en la que queda la camioneta, y además por el daño que presenta la misma en la parte central del rodado, daño causado por el motor del automotor Ford Fiesta (que conducía Andersson)”.
También se ratificó que “la causa eficiente del siniestro fue el alto grado de intoxicación etílica que presentaba Cristóbal Barboza, que le impidió efectuar una maniobra conforme las normas de la prudencia, de la pericia y ajustada a los reglamentos”. “El impacto se produjo en la zona media de la calzada, abarcando espacios de ambos carriles (…) La camioneta venía por el medio (SIC), invadiendo parte del carril contrario y que el automóvil que iba por su carril, al ver la camioneta en el centro, realiza una maniobra evasiva hacia su izquierda, produciéndose el impacto oblicuo”.
“Barboza no realizó ninguna maniobra evasiva, simplemente se mantuvo invadiendo el carril contrario y esa fue la causa eficiente o principal de la colisión”.