
Ayer, el mundo se le vino abajo a Diego Gómez, un contador público que trabajaba en la Entidad Binacional Yacyretá desde 2018, cuando recibió el telegrama de despido de parte del nuevo director, el formoseño Fernando de Vido.
No es por la cuestión económica solamente. Ya que la pérdida del importante salario de la Entidad le pasó a él como a otros compañeros que en la última semana están sufriendo la misma situación de forma inesperada y sin motivo.
La cuestión de Gómez pasa por otro lado. Tiene una hija con síndrome de Down que pasó por siete cirugías y necesita realizarse otras dos para intentar mejorar su sistema respiratorio.
La niña respira gracias a una traqueotomía pero necesita una observación permanente, por eso está con internación domiciliaria, tubo de oxígeno en la vivienda y una enfermera las 24 horas.
El tratamiento es muy costoso y además del dinero de su salario, que lo perdió desde ayer, necesita de la obra social para afrontar los numerosos y altos costos tanto de la cirugía como el día a día de la pequeña.
En declaraciones efectuadas ayer a PRIMERA EDICIÓN, Gómez indicó que él ingresó a trabajar “en la gestión de Martín Goerling, en 2018, con el cargo de jefe de Automotores. Luego, cuando asume Ignacio Barrios Arrechea, me dieron tareas administrativas, siempre cumplí, nunca tuve inconvenientes con ningún compañero ni falté a mi trabajo”.
Reconoce que fue un activo militante del PRO. De hecho, se lo veía con frecuencia en actividades partidarias y contables, como así también en las redes sociales. Pero aclaró que “en el trabajo nunca realicé actividades políticas, era fuera del ámbito laboral”.
Desde 2019, cuando ganó el Frente de Todos, dejó la actividad militante teniendo presagios de lo que podía llegar a pasar.
“El clima laboral desde 2020 fue bueno, normal, a mí me trasladaron de lugar pero el exdirector Barrios Arrechea respetaba a todos los trabajadores. Desde que asumió el último director (Fernando de Vido) el clima cambió, se volvió tenso y empezó una persecución política nunca vista”, señaló.
Agregó que “recibí una carta documento donde dice que el Directorio, en facultad del artículo 7 del reglamento interno, decide mi despido, no hay ninguna causa, siempre hice el trabajo que me pidieron, no hay motivo”, remarcó.
“Recibo la carta estando con licencia médica desde el 31 de marzo pasado. Pero eso no es lo grave, yo necesito el trabajo y necesito la obra social por la salud de mi hija”, dijo.
“La más chica de mis tres hijos necesita atención permanente, desde que nació tiene problemas respiratorios, se le hicieron siete operaciones y necesita hacerse dos más. A la noche debe estar en observación porque se le complica la respiración, hemos tenido casos en que le ha dado paro cardiorrespiratorio por ese tema”, contó.
Además “es inmunodeprimida y no es recomendable que vaya a internarse a un hospital. Es un riesgo grande que va a empezar a correr por este despido sin causa. En Yacyretá están al tanto de todo porque en mi legajo está el certificado de discapacidad donde consta todo”.
Agregó que “todos los despedidos son personas que iban a trabajar. No hacen militancia sino trabajo técnico. Esto no pasó nunca en la empresa. Se respetaba al que trabajaba. No hay criterio sino revancha política y se crea un antecedente nefasto”, indicó.
En total son más de 40 despedidos que recibieron esta semana el telegrama, todos ingresaron entre 2016 y 2021 a trabajar a la Entidad y la nueva gestión, a cargo de De Vido, los ha echado sin causa en una actitud clara de revanchismo y persecución política.
El gremio de la EBY intentó frenar pero no tuvo respuesta y comenzó una medida de fuerza que consiste en cuatro horas diarias de huelga, dos por la mañana y dos por la tarde.