Emociones encontradas, fueron las que vivieron los familiares de Eugenio “Bebe” Veiga durante la etapa de alegatos y cuando fue leído el fallo del Tribunal. Manos en el rostro y miradas al suelo al escuchar el pedido de 15 años de prisión, que se contrastaron con el abrazo de los padres con su hijo, a pesar de que fue condenado a cuatro años por excederse en la legítima defensa ante el ataque de Elvio Cabral y “Chiri” González, según resolvieron los magistrados.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Eugenio Veiga (homónimo de su hijo), recordó que “Bebe” y “Chiri” se criaron juntos en el barrio y que él y su señora también conocían a los padres de la víctima.
“Siempre vivimos en el barrio. A Gonzalito (el padre de ‘Chiri’), le pido perdón a él y a los hermanos. Les tenemos aprecio, pasó lo que pasó con nuestras familias. No fue por pica, por bronca, fue algo que salió mal, por una borrachera y droga que tenían ellos en ese momento. A Cristian siempre le aprecié, lamentamos lo que sucedió”. dijo el hombre.
“Ahora estamos conformes y espero que ellos sepan perdonarnos, que entiendan que somos padres de familia y siempre estamos trabajando para el bien de nuestros hijos”. Respecto a si se animan a hablar con el padre de “Chiri”, dijeron estar dispuestos a acercarse si él lo acepta. “No tenemos nada contra ellos. Cuando pasó el hecho fuimos a la casa y hablamos”, recordaron.
“Esperábamos este fallo, porque fue así como contó la defensora como ocurrieron los hechos. Todo salió mal en ese momento. Fue todo en un instante que se salió de control. Ellos no tenían que haber estado ahí”, dijo la madre de “Bebe”.
“También queremos agradecer a los jueces que entendieron y opinaron en nuestro favor”, dijo el padre. “Cuando escuché que la condena era de cuatro años fue como revivir. Él (Bebe) es nuestra mano derecha, llevamos cuatro años de sufrimiento. Recuerdo que el caso pasó un domingo y al día siguiente lunes nos llegó un aviso para que él se presentara en el regimiento para ser soldado voluntario”.
“También estamos contentos con el accionar de la defensora, que nos dio una mano muy grande”, finalizó Veiga.
Al respecto, Miriam Dávalos, la defensora de “Bebe” consideró justo el fallo. “Cuando el derecho está en pugna hay que buscar justicia y eso es lo que hicimos”, subrayó.
Mateo González (Gonzalito), padre de la víctima había declarado el pasado miércoles 6. Con mucha dificultad para caminar y apoyado en un bastón se acercó a dar testimonio. Testificó lo que se acordaba de aquella noche del 22 de julio de 2018, en la cual su hijo estaba con “un flaco” que puso pastillas en la jarra de vino, y salió como loco luego de romper la puerta y empujar a su madre. Contó que cuando le vinieron a decir que “Bebe” había matado a su hijo, él se fue a la casa del padre a reclamárselo, y el hombre le dijo que ya se habían llevado preso a su hijo.
Gonzalito mencionó que su esposa falleció de tristeza. Entre lágrimas subrayó: “Mi compañera se fue hace poco, me van mal las cosas en los últimos tiempos”. Ayer al momento del fallo, no hubo familiares de la víctima en la sala.
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Cómputo de condena
Según fuentes consultadas, con la condena de 4 años que le fue dictada a Eugenio “Bebe” Veiga, cuando llegue el 22 de julio próximo, se cumplirían los cuatro años desde que está privado de su libertad por el hecho.
De cualquier manera, quien lo asiste legalmente debería solicitar el beneficio de la libertad condicional y esto debería ser analizado previamente por autoridades pertinentes en base a la conducta que hubiera tenido el reo.
Culpable de “exceso en la legítima defensa”
Eugenio “Bebe” Veiga (27) no actuó con dolo al momento de asesinar a Cristian Daniel “Chiripa” González (17). Esa fue la resolución a la que arribó el Tribunal Penal 1 luego de ocho audiencias por la que pasaron 25 testigos. No se lo condenó por homicidio simple, tal como era la acusación con la que llegó a debate, sino porque se sobrepasó al intentar defenderse del ataque de su amigo y de otro joven.
Los magistrados Viviana Cuckla, Ángel Dejesús Cardozo y como subrogante Manuel Monte, condenaron por unanimidad a Veiga a 4 años de prisión, al hallarlo autor penalmente responsable del delito de “homicidio en exceso de la legítima defensa” artículo 79 del Código Penal, en función de los artículos 35 y 84, más accesorias legales y costas.
El condenado estaba detenido desde el 22 de julio de 2018 y al tener en cuenta el tiempo que lleva privado de su libertad por esta causa, en base a los años de condena dictado en el fallo, ya estaría en condiciones de pedir la libertad condicional, la cual será analizada por la autoridad competente.
“No fue mi intención matarlo”
La octava audiencia comenzó minutos después de las 9 de ayer. Ante la consulta de la titular del Tribunal, Eugenio Veiga aceptó decir algunas palabras antes que comenzara el alegato de las partes.
Se refirió a los mismos detalles que había mencionado en la primera audiencia del debate, acerca de los momentos previos, durante y posteriores al hecho que se le imputaba. Agregó una novedad. Afirmó no haber tenido la intención de matar a “Chiri”. “Mi intención no fue matarlo. No tenía idea que eso había pasado”.
Acto seguido, inició la etapa de los alegatos. El fiscal Martín Rau, dejó en claro que para fundamentar su acusación se iba a sostener en datos objetivos de las pericias obradas en el expediente, puesto que los dichos de los testigos eran falibles.
Tras detallar la lesión que tenía “Chiri”, puso en contraposición lo relatado por el acusado, un episodio distinto al de la supuesta defensa ante el ataque de la víctima y de Elvio Cabral, quien había declarado el pasado viernes.
Rau dijo que no estaba controvertida la forma en la que murió “Chiri” y quien fue el autor. Puntualizó que por las evidencias que había en el lugar de la pelea, explicadas por la perito de criminalística durante el debate, por las marcas de arrastre, las manchas de sangre entre otras, no había dudas que la agresión que sufrió “Chiri” lo hizo Veiga estando parado, “porque desde el piso no se puede lesionar así a una persona (una lesión punzocortante de 22 centímetros de profundidad).
Las gotas de sangre pertenecientes a “Chiri” en la parte delantera de la zapatilla de Veiga, daban cuenta que él estaba parado cuando lo agredió. Además, por el rastro de sangre en dos sentidos hallados en la escena, tampoco era posible que hubiera ocurrido si él estaba “defendiéndose en el piso”. “¿Cómo puede ser que si lo patearon y golpearon entre dos él no tuviera marcas de lesiones?”, se preguntó. “No hay duda que fue homicidio simple, no fue legítima defensa”, subrayó el fiscal.
Cuestionó a los testigos de la defensa, entre ellos los Bogado (padre e hijo) y una vecina por sus relatos contradictorios y solicitó que se investigue si incurrieron en falso testimonio.
“El imputado habló de dos atacantes y que luego se sumaron dos más, ¿cómo no lo vieron a los demás testigos? Citó testimonios que faltaron a la verdad y cuestionó que no hubo una provocación para que se pudiera sostener la hipótesis de legítima defensa. “Le robó la vida a una adolescente de 17 años”. Pidió la pena de 15 años de prisión para Eugenio Veiga.
Emoción violenta
A su turno la defensora Miriam Dávalos remarcó que Veiga actuó bajo emoción violenta y que si bien no desconocía que él había sido el autor, dijo que no hubo dolo en el accionar (no lo hizo con intención de matar).
Explicó que hubo una acción previa de “Chiri”, quien lo hizo bajo los efectos de alcohol y pastillas, hecho que fue reconocido por el padre del menor. Insistió que la víctima cayó sobre el arma blanca produciéndose así la lesión. “Mi defendido no sacó el cuchillo para lastimarlos, puesto que eran sus amigos”. Dijo que la acusación de homicidio se sostuvo con relatos dudosos.
Durante las réplicas, el fiscal puso en duda la supuesta emoción violenta como estrategia de defensa a último momento. Nunca se habló de eso en el expediente y tampoco la defensora le preguntó al psiquiatra Marcelino Acosta, cuando fue citado el pasado martes.