
Una mujer que atraviesa uno de los momentos más duros del tratamiento oncológico, que incluye la pérdida del cabello, pidió a sus hijas que posaran en una foto junto a ella con turbante. Pidió este pequeño mimo de su familia pero las fotos de ese día comenzaron a circular en las redes y, como resultado, recibió el gesto de amor de cientos de personas que también se pusieron el turbante para darle ánimos y fortaleza a ella y las miles de pacientes que luchan contra el cáncer.
Mirta Esteche tiene 52 años y es de Puerto Rico. Hace poco más de dos meses comenzó con quimioterapia para ponerle freno a un cáncer de estómago. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, contó que el turbante pasó a ser parte de su indumentaria e incluso se hizo de distintos colores para combinarlo con su ropa. Pero eso no hizo más fácil perder su larga cabellera con rulos, varios kilos o sobrellevar la mirada curiosa del otro a su nuevo aspecto.
“Es muy duro este proceso, es cruel la enfermedad, pero doy gracias por tener a mis hijas, a mi esposo y a toda mi familia apoyándome y conteniéndome. El Domingo de Pascuas fuimos al club de pesca de nuestra localidad y les propuse a mis hijas sacarnos una foto las cuatro con turbantes… La verdad es que me inspiró una noticia que había leído sobre una chica con cáncer que comenzó a confeccionarse los turbantes con viejas camisas y sus amigas comenzaron a usarlo también para que no se sintiera incómoda. Me pareció un gesto hermoso”.
Ponerse en el lugar del otro
Lo que pasó después es que una de sus hijas, Gabriela Alejandra Neis, subió las imágenes a su Facebook e invitó a sus amigos virtuales a sumarse a la idea. En muy pocos días, esa publicación se multiplicó con cientos de fotos de personas que se pusieron un pañuelo en la cabeza para sumarse a este gesto empático hacia Mirta y las otras personas con cáncer.
“Primero se sumaron nuestros familiares, después los amigos y conocidos… pero después empezamos a recibir las imágenes de personas que no conocíamos. Es realmente muy emocionante, nunca me imaginé que iba a tener esta repercusión”, confió Mirta.
Entre las personas que compartieron sus fotos con turbantes están la de otros pacientes oncológicos, “incluida una señora que falleció poco después”, contó emocionada Mirta; también la de una compañera del secundario que hoy reside en Japón “que también está luchando contra el cáncer, al igual que su esposo”.
La lucha de Mirta
Según contó Mirta, le diagnosticaron cáncer de estómago “hace un año y casi tres meses me operé del estómago pero hizo metástasis en los intestinos. Hace algunos años tuve cáncer de tiroides y estaba bajo control, pero con el cáncer de estómago, los índices tumorales subieron mucho. Por eso, desde hace casi dos meses que estoy haciendo quimioterapia, este lunes viajo a Posadas para hacerme el tratamiento en el Sanatorio Nosiglia”.
Recordó que durante 2021 pasó por dos cirugías, “después de la primera cirugía de intestino comencé el tratamiento con una quimioterapia más suave que no provocaba la caída del cabello pero en octubre tuvieron que volver a operarme y me costó bastante recuperarme antes de poder iniciar la quimioterapia más fuerte”.
Mirta confió que el estado de ánimo muchas veces juega en contra, “uno se mira al espejo y la imagen que te devuelve muchas veces juega en contra, pero hay que aceptar. Por eso, me preparé antes que se me cayera el cabello, mandé a hacer varios turbantes y mis hijas también me regalaron algunos. No consideré usar peluca, prefiero combinar los turbantes con los colores de mi ropa”, detalló.
En tanto, destacó la importancia de la contención familiar, “yo tengo la bendición de contar con el apoyo de mis hijas, de mi esposo, de mi hermana, mi mamá, mi familia en general… además de mis amigos que siempre están presentes”. Señaló que el tratamiento y la enfermedad oncológica atraviesa a toda la familia, “el impacto emocional no sólo lo recibe el paciente”, aseguró.