Por: Charly Esperanza
El músico autodidacta y compositor Osvaldo de la Fuente lanzará el próximo viernes su nuevo disco “Peregrino” a través de plataformas digitales, con diez canciones de su autoría y más de una decena de artistas invitados para el recorrido sonoro que le da continuidad a su anterior producción “Lumbre”.
De la Fuente tiene una relación intensa con la difusión del rock funk, al haber integrado bandas memorables con Los Pie, Forma Fugaz y Semen, entre otros proyectos anteriores, en tiempos de underground y autogestión plena. Pero también demuestra su capacidad de atender otras ramas del juego musical, como fue el caso de Entidad Electrónica Ensamble, además de participar en el rol de instrumentista, arreglador, invitado o productor en grabaciones y actuaciones de otros artistas de géneros variados.
También formó parte del programa televisivo “El Anfitrión” que le dio la posibilidad de mayor visibilidad y alcance al público a cientos de artistas y bandas locales.
Compuso música para obras de teatro, títeres y cine. Trabajó activamente en la conformación de ferias artesanales y brinda talleres de guitarra.
Actualmente las bateas de discos ya pueden llenarse con su producción independiente, impulsada desde su sello De la Mente Records, al darle versatilidad a sus álbumes del camino solista utilizando elementos que, además del rock, pasan por el pop, jazz, folk, funk, y house.
Para el caso de “Peregrino”, su disco número 15, se inclinó nuevamente hacia el perfil de canciones folclóricas, sonidos e instrumentos latinoamericanos.
ENFOQUE dialogó con Osvaldo de la Fuente acerca de su nuevo trabajo.
¿En qué momento del proceso final está la nueva producción discográfica?
El disco ya está listo. El lanzamiento va a ser a través de YouTube, Spotify y todas las plataformas digitales.
El formato físico es un mecanismo que se ha vuelto casi obsoleto a partir de las nuevas formas de consumir música.
En la forma de proponer la obra artística sí estoy todavía con la idea tradicional del concepto de un disco, en el sentido de que contendrá diez canciones. A nivel general, en la música ahora casi todo se está volcando a esa otra manera de encarar la cosa que es más con la idea de singles y lanzamientos cada tanto, y no el conjunto de disco como obra.
¿Con qué se encontrará la gente en el sonido de esas diez canciones?
“Peregrino” tiene algunas canciones folclóricas y otras que no, que van más a lo que se podría pensar como canción latinoamericana. Todo va siempre en el formato canción, de ahí parte como raíz.
Siendo un artista que se mueve entre diferentes estilos musicales ¿A qué se debe esa búsqueda y el tratar de no quedarse encerrado en un solo lugar?
Eso se da más que nada por una pulsión interna. Es algo que no puedo explicar. Estuve un tiempo bastante largo, fueron varios años que estuve desconectado de la música porque sentí que no estaba en un momento para hacer ni para escuchar música.
Después naturalmente se me dio el volver a escuchar música y también el volver a escribir. Pero siempre obedece a algo que no es correr tras una moda, ni buscar nada, por supuesto que lo que voy escuchando me va influenciando. Cada tanto escucho algún artista nuevo, alguna nueva propuesta, algo que me llama la atención, y me dan ganas de experimentar con eso.
Escucho algo que me gusta y pienso cómo yo haría eso. Un poco es esa la dinámica.Y los resultados son esos. A la vez también se transforma como una especie de constante de lo que voy desarrollando.
Este es mi disco número 15, contando solamente las grabaciones como solista, y al mirar todo lo que fui editando me doy cuenta que, disco a disco, siempre hay un salto en la búsqueda. Así se mantiene interesante la cosa, divertida y viva.
¿Cómo fue el proceso de grabación de “Peregrino”?
Estoy grabando casi todo en mi casa (base de De la Mente Records). Para este disco tuve una dinámica en la que fui pasando el material a un par de amigos, porque como fue medio en la etapa de la pandemia y que recién nos estábamos reencontrando, necesitaba alguien de afuera para que me diga si algo estaba bien o mal, si gustaba o no, necesitaba un feedback acerca de lo que venía haciendo. Es un disco muy en solitario.
Nicolás Morgenstern cantó en todas las canciones, menos en una que la interpreta una amiga de Córdoba llamada Inés Zárate (voz grabada en Capilla del Monte por Paulo Carri).
Otros músicos también se fueron sumando. Pero había mucha soledad en el sentido de no tener un ida y vuelta con gente, lo que es distinto a lo que pasa cuando uno está en una banda y te ponés a ensayar, y ahí se intercambian opiniones.
En este caso desarrollaba las canciones mentalmente, después venía a mi casa, grababa algo, e invitaba gente.
En un momento le pasé material a Matías Ortiz (de Estudio Demis) que me pidió probar una mezcla sobre un tema. Le mandé tracks separados. Y lo que me devolvió me gustó, entonces le dije que tenía dos o tres temas más en esa misma línea, para unificar todo por una cuestión de estética, timbre sonoro, y lo laburamos ahí, él mezcló algunas cosas.
La masterización la hice en Buenos Aires, en un lugar que se llama “El Ángel Estudio”, de Daniel Osorio, que masteriza para grandes figuras de todo el país. Eso le dio un cierre de calidad a todo.
A veces grabo alguna referencia de una guitarra que al final termina quedando, o un bajo, y siempre hace falta que después eso sea verificado en su calidad para saber si queda bien o no.
En mi forma de grabar no es como una banda que puede decir ‘cerramos dos semanas este estudio y grabamos’. Yo voy grabando algo, después me olvido, pasa un mes, retomo otra cosa, veo quién puede venir a grabar, y eso va haciendo que sea un disco que se va grabando en el tiempo. Si me preguntás ahora los acordes de los temas capaz que ni me acuerdo de algunos que toqué cuando grabé. Me tengo que poner a repasar todo para hacer la presentación en vivo del disco.
También vengo trabajando mucho con música para documentales y películas, que las voy grabando y en algún momento capaz las subiré a Internet.
Mi disco anterior fue “Lumbre” que tiene una cosa muy rara, porque lo empecé a trabajar antes pero lo edité recién en el 2017. Algunas canciones de “Lumbre” ya las tenía de antes de grabar “Vestigio” del 2013. Se grabó Vestigio y Lumbre quedó en espera.
En 2017 cuando recobré el entusiasmo por la música lo terminé, porque había quedado incompleto, lo edité, y lo tocamos un par de veces.
Por eso este disco (Peregrino) tiene una especie de continuidad de “Lumbre”, porque es un disco que me llevó a otros lugares, a gente de Córdoba, Buenos Aires, La Pampa, por ejemplo, gente a la que le ha gustado la música. Eso me sorprendió porque sentí que había un lugar para esas canciones.
Ahora no quise apartarme tanto de esa línea porque tuve ganas de darle una continuidad a esa gente que se va acercando a mi música para que podamos seguir recorriendo el camino juntos.
Con esa idea de seguir recorriendo el camino juntos ¿por qué decidiste llamar “Peregrino” al nuevo disco? ¿Qué te nace con esa palabra?
Cuando salís, buscás y das el primer paso, el camino y uno se vuelven una sola cosa. Ya no se separa uno de su camino, uno es su historia y sus cosas. Y a la vez hay en el peregrinar esa persona que va persiguiendo algo con una brújula interior, y creo que ahí está la diferencia con el caminar o vagar.
Peregrino es más como una búsqueda mística. De alguna manera hay algo que él sabe que persigue y va hacia ese lugar. Es transitar yendo hacia un lugar que tiene que ver con una motivación interior.
En ese paralelo, el arte en general tiene que ver con eso. Uno a veces se sale del camino, va para un lado, para el otro, pero dentro hay algo, como una brújula, que te devuelve a lo que es tuyo, a lo que tenés que ser, lo que es natural y genuino, lo que es propio.
Eso pasa para no tener que andar imitando cosas, usando caretas de lo que uno tiene que ser, sino directamente ser uno. En ese camino uno se va descubriendo, aprende mucho, se equivoca, porque es parte de la vida. Pero te vas encontrando y reconociendo.
¿Ya se están preparando con algún formato de banda para hacer la presentación en vivo?
Sí, estoy pensando en las presentaciones en vivo. Tengo la banda. Pero, primero vamos a ir largando unos videos del backstage de algunas de las grabaciones.
Sin dejar de lado lo lindo que es hacer un disco, en las presentaciones es donde el músico se encuentra con la gente, y ve cuál es la reacción, la respuesta, la devolución que hacen cuando van a un recital y escuchan las canciones.
¿Cómo ves a Posadas y Misiones en relación a su apertura para organizar un recital?
Creo que ahora hay como una iniciativa de abrirlo y darle un espacio. La música siempre pasa, casi no importa las políticas que estén circulando. En esa pregunta hay mucho de posicionamiento político, con todo lo que hace que la cosa funcione o no en general. Pero aparte de eso, la música siempre está, sucede y por suerte de forma muy prolífera en Misiones y toda esta región.
Dicho esto, creo que hay una partida que se está perdiendo en cuanto al público. No se está generando el público para la producción nuestra, la producción propia, lo distinto. Porque en un mundo tan globalizado lo distinto somos nosotros.
Por ejemplo, salís y ves un árbol de mango y sabes que es algo de tu cuadra, de tu ciudad. Con la música pasa al revés, el público conoce a los artistas de todo el mundo como si fuese el árbol de mango, pero los árboles de mango somos nosotros, y somos lo que la gente desconoce. Y cuando no se conoce, no se genera el gustito por eso, que es lo que tiene que haber para enlazar la cuestión.
Ahí me parece que falta un apoyo para generar el público, para que aparezca la identificación entre nosotros, los artistas locales, que somos muchos y de diferentes estilos, con el público que también es mucho y variado.