La comunidad de Puerto Iguazú está expectante de los cambios que se puedan producir en la administración del IMAS en esa ciudad, para ver si los que ingresan son capaces de revertir tanto tiempo sin un servicio adecuado de agua potable domiciliario.
El viernes pasado, el intendente Claudio Filippa rompió el silencio después de muchos meses de “dejar hacer” y que la provincia se haga responsable de lo que sucede en su municipio, bajo la excusa que el IMAS es un ente que no le compete.
¿Que la gente de su ciudad no tenga agua durante meses no es de su competencia? Al parecer no. Una encuesta de Radio Iguazú, mostró que los participantes de la misma opinan lo contrario y ponen en primer lugar de los responsables del problema al intendente Filippa.
Está claro que no pone ni decide en el IMAS, pero tampoco mostró una nota donde le haya pedido a Joaquín Sánchez (presidente del organismo provincial) algún reclamo. Es parte de la comodidad o el interés por ver el desgaste de quienes gestionan el IMAS y a los que llamó “inútiles”.
Pero, a la larga y cuando no hay soluciones, los ciudadanos ponen a todos en la misma bolsa de responsabilidades políticas. Y no pasa solamente con el agua potable.
Filippa no va por su primera gestión comunal. Lleva varias en su haber. Tantos años como el problema central del agua en Puerto Iguazú. Es difícil hacerle pensar a los vecinos que el intendente no es parte del problema de la gestión de un servicio tan básico.
Más que enojarse y acusar incluso a un comunicador, Filippa debe hacerse cargo de lo que es: intendente de la ciudad.
Discussion about this post