Un 6 de mayo de 1840, el correo británico empezó a utilizar un nuevo sistema para el franqueo de correspondencia: el sello postal. A partir de la emisión de este primer sello postal, se revolucionaron las comunicaciones por escrito, permitiendo que el sistema se extienda a nivel mundial.
Con el primer sello postal nació al mismo tiempo la filatelia, una actividad por demás cultural y una de las más extendidas del mundo con más de 50 millones de aficionados.
Es por ello que cada 6 de mayo se celebra el Día Mundial de la Filatelia, para conmemorar al sello postal, y al mismo tiempo, homenajear a todos los coleccionistas de estampillas, timbres y sellos postales (filatelistas) que hoy en día mantienen vigente este pasatiempo tan peculiar.
Estos sellos ilustraron en sus primeros años el progreso de la sociedad, con imágenes de ferrocarriles y barcos a vapor, y con el paso de los años se fueron incluyendo exóticos paisajes, acontecimientos históricos y demás elementos que los fueron dotando sin querer (o intencionalmente) de este gran valor coleccionable.
Así fue que nació el coleccionismo y los coleccionistas, que de inmediato comenzaron a intercambiar sellos a través de los correos. Pronto los filatelistas se especializaron, organizando sus colecciones en series temáticas como ser la de sellos conmemorativos, aéreos, de medios de transporte, de animales, etc.
Luego le siguieron las exposiciones filatélicas. La primera de ellas fue la exposición filatélica que se realizó en Viena, Austria, en 1890.
Actualmente la filatelia engloba varias disciplinas y modalidades de coleccionismo, como ser la Filatelia técnica, la Historia postal, la Historia del correo, la Filatelia temática, o por Países, que es la que se especializa en las emisiones de un determinado país o territorio.