Las elefantas asiáticas Pocha (56 años) y su hija Guillermina (23) continúan el viaje de sus vidas, que las llevará rumbo al Santuario Natural de Elefantes (SEB) en Mato Grosso, Brasil, un trayecto de 3.600 kilómetros por tierra que las llevará a su nuevo hogar, un lugar amplio y adecuado a su especie.
Fue así que esta madrugada, madre e hija atravesaron la provincia de Misiones y cruzaron a Brasil por Puerto Iguazú.
Desde la División de Seguridad Vial y Turismo de esa ciudad, informaron que alrededor de las 2.50 de esta madrugada, el camión que transportaba a estos animales pasó por la ciudad de las Cataratas, donde permaneció algunas horas en el predio “Güirá Oga”. Ya para las 8.30, retomaron su viaje, cruzando la frontera rumbo al vecino país.
Pocha y Guillermina, pasaron gran parte de sus vidas encerradas en lo que fue el Zoológico de Mendoza. Pocha llegó de Londres y Guillermina nació en el mencionado Ecoparque, donde ha pasado su vida hasta el día de hoy junto a su mamá y Tamy, su padre, que es otro de los elefantes africanos que aun vive en Zoológico cuyano y que posteriormente será derivado al mismo santuario junto a Kenya.
Las elefantas viajan dentro de contenedores especiales del Santuario de Elefantes de Brasil (SEB). Los mismos fueron diseñados y construidos especialmente con características y materiales para el transporte de elefantes en cumplimiento con las reglamentaciones internacionales. Tienen un peso aproximado de cinco toneladas y sus medidas son cinco metros de largo, dos de ancho y 3,20 de altura.
El tráiler del camión cuenta con cámaras dentro y fuera de los contenedores, por lo que durante todo el viaje se está monitoreando a las elefantas con tablets.
El equipo humano que acompaña al camión de Pocha y Guillermina está integrado también por los 3 cuidadores de las elefantas en el Ecoparque mendocino (Esteban Guevara, Héctor Troncozo y Miguel Ángel Fuentes), además de personal del Santuario de Brasil.
Sobre el Santuario
El Santuario Natural de Elefantes (SEB) es una organización sin fines de lucro que ayuda a transformar la vida y el futuro de los elefantes cautivos en América del Sur. Su origen se remonta a 2012, a partir de la alianza internacional entre Elephant Voices y Scott Blais, cofundador de The Elephant Sanctuary en Tennessee, EEUU. Esta alianza dio lugar a Global Sanctuary for Elephants, que en 2013 sienta las bases de la Asociación SEB en suelo brasileño.
El mismo presenta un bioma apropiado para la especie, posee recintos completamente naturales disponiendo de matorrales y áreas abiertas cubiertas de vegetación. Cada recinto tiene dimensiones muy amplias (entre 40 y 400 hectáreas cada uno). Allí, se les proveen dietas excepcionales a los animales y tienen atención veterinaria de alta calidad durante toda su vida.