El trabajo híbrido es una modalidad de trabajo flexible que implica que los empleados realicen parte de su trabajo de forma remota y parte en la oficina. Sin embargo, hay una gran extensión en esa definición, desde quién toma las decisiones sobre dónde están trabajando hasta cómo se aplica en toda la organización.
Con tantas formas de realizar el trabajo híbrido, en vez de lograr un entorno que todos quieren, se puede crear una situación que nadie está buscando. Estos son algunos tipos de trabajo híbrido que nadie quiere experimentar y cómo se pueden evitar:
“Nadie está en la oficina”
Cuando las personas eligen qué días trabajan desde su casa, existe el riesgo de que los compañeros de equipo asistan a la oficina en días diferentes, ocasionando que quienes hayan ido a la oficina se encuentren en tantas videollamadas como antes, perdiendo el objetivo.
Solución: que cada equipo decida sus días de trabajo en la oficina para que todos estén allí al mismo tiempo.
“Fin de semana largo”
Hay quienes pueden pensar que la mayoría de la gente elegiría trabajar en la oficina de martes a jueves para tener un “fin de semana largo” y tomarse con más calma los lunes y viernes en casa. Esto representa un problema por muchos motivos, pero específicamente si la empresa quiere usar híbridos para reducir el tamaño de sus bienes inmuebles.
Solución: asignar días en los que la gente tenga que asistir a la oficina para que la distribución se realice a lo largo de toda la semana.
“La gente ha perdido todo sentido de las reglas”
Existen algunos hábitos poco sociables que las personas pueden haber adquirido mientras trabajaban desde su casa y, desafortunadamente para los demás, puede ser que los mantengan cuando regresan al entorno de oficina. Incluso los ejemplos más simples pueden resultar frustrantes, en especial cuando las personas se han acostumbrado a un entorno doméstico que controlan por completo y ya no están adecuadas a trabajar en oficinas ruidosas o tolerar los hábitos de sus colegas.
Solución: para empezar, dar más flexibilidad al personal para que puedan acostumbrarse gradualmente a estar de vuelta entre otros. Por otro lado, es importante utilizar canales de comunicación para recordar a los empleados las normas de la oficina.
“No tengo amigos”
Existen muchas probabilidades de que los empleados se queden en un trabajo por una amistad. Esto hace que sea crucial facilitar las relaciones entre compañeros de trabajo, ya que contribuye a la retención. Al mismo tiempo, esto se torna más difícil cuando las personas trabajan de forma remota algunos días a la semana.
Solución: asegurarse de organizar suficientes eventos sociales para que todos los que quieran asistir puedan hacerlo y de esta forma fomentar el sentimiento de pertenencia.
“Obligado a trabajar desde casa”
Para algunas personas, trabajar desde casa seguirá siendo una solución menos que perfecta, ya sea debido a la configuración de su hogar o porque simplemente no les gusta, les puede resultar poco viable.
Solución: para quienes no pueden o no quieren trabajar desde casa en sus días asignados fuera de la oficina, una buena opción es brindar acceso a espacios de terceros, como espacios de coworking o un espacio de oficina local.
“Grupos de oficina”
Puede generarse una situación en la que quienes van regularmente a la oficina formen conexiones más sólidas. Esto representa un problema particular, ya que es más probable que quienes elijan trabajar desde su casa pertenezcan a grupos que ya cuentan con menor representación en los niveles más altos de gestión.
Solución: en primer lugar, establecer días de oficina obligatorios. Además, supervisar de cerca las promociones y verificar si existe una correlación entre ellas y los asistentes a la oficina. Asegurarse, de esta forma, que las oportunidades están abiertas a todos los empleados dentro de los programas de trabajo híbrido.
Fuente: Adecco Argentina