Desde nuestra realidad cotidiana nos detenemos a observar que tanto los acontecimientos afligentes como los agradables se vienen manifestando cíclicamente en el transcurrir histórico.
Luego recordamos que todo el cosmos se mueve en ciclos, desde los de nuestro planeta hasta los de la galaxia y aún más allá, como los inimaginables de expansión y contracción universal.
Entonces regresamos a la percepción de nuestros ritmos respiratorio y cardíaco recordando que sí, hay un principio universal de ritmo que nos dice: “todo fluye y refluye, avanza y retrocede, asciende y desciende, la oscilación del péndulo se manifiesta en todo; el ritmo compensa.”
Los estudiosos coinciden en que vivimos en un conjunto de ciclos o ritmos celulares, moleculares y biológicos en general. Incluso en lo social e histórico descubrimos ciclos en frecuencias notables. Y ahora, en nuestra práctica de Yoga, percibimos que esos ritmos, sean cósmicos, planetarios, climáticos, biológicos o históricos, influyen sobre nuestro cuerpo, salud, comportamientos y posibilidades, es decir, sobre nuestra vida en general.
Es más, hasta adaptamos nuestras sesiones a las estaciones del año y a las fases de la luna, a los ciclos y a la etapa de vida de los participantes.
Comprendemos así que concientizar esos ritmos internos y externos nos ayuda a vivir en armonía con la naturaleza, con el entorno y con nosotros mismos, ya que nuestra misma existencia en la Tierra es un ejemplo de ciclo.
Los Upanishads, antiguos libros de los Vedas, ya nos decían que formamos parte de un todo donde cualquier suceso repercute en el conjunto.
Y la ciencia de nuestros días, como la física cuántica, nos revela que el Universo es una inmensa red donde lo que acontezca en cualquier lugar de lo infinitamente grande o lo infinitamente pequeño, influye en el conjunto.
Esto nos lleva a insistir en la importancia vital de conocer nuestros ritmos de vida o biorritmos, lo que implica optimizarlos, emplear lo mejor de nosotros mismos y aprovechar nuestras energías al máximo, pero sabiendo racionalizarlas con conciencia de los momentos de reposo, de actividad y de creatividad.