“Los misioneros nos jactamos de la buena salud que tenemos, pero para que esto funcione, necesitamos tener un control”, manifestó la presidenta del Colegio de Bioquímicos, Liliana Benítez, al referirse a las inspecciones que desde la entidad que preside, iniciaron en los laboratorios de Misiones, tras la apertura que se fue dando después de la pandemia.
Indicó que “estamos aplicando el reglamento en todos los laboratorios que fueron habilitados hasta la fecha. En la inspección se controla que se brinde el servicio de análisis clínicos en el lugar, y a aquellos laboratorios que no tengan alta complejidad, el reglamento los habilita a poder derivar a centros de mayor complejidad”.
“Controlamos que los bioquímicos estén presentes, que las muestras se transporten como corresponde, para eso existen legislaciones de transporte de muestras peligrosas”, insistió la profesional.
Recordó que los bioquímicos “diagnosticamos más del 70% de las enfermedades por laboratorio, y eso es muchísimo. Buscamos fomentar la apertura y que haya atención bioquímica. Que no sea como un automax donde ponés el brazo, salís, nunca hablaste y no sabes sobre las condiciones en las que llegaste. Cada cuerpo es una entidad distinta, por lo que necesita un trato distinto. A los pacientes que dicen ‘haceme un análisis ya’ o ‘si te pago me tenés que hacer ya’, hay que explicarles que las células no trabajan en efectivo, sino por mecanismos”.
Benítez sostuvo que “queremos que esto crezca, porque en salud, la prioridad es la prevención, no llegar a la enfermedad. Hay muchísimas cosas que se pueden prevenir. Cuando hablo de salud, no me refiero sólo a los análisis clínicos de sangre, porque los laboratorios también se ocupan de las muestras de agua y de los alimentos. Trabajamos con el Ministerio de Agricultura Familiar para que los productores de alimentos que no tienen acceso rápido al laboratorio del Parque Industrial, puedan ir a un laboratorio privado y hacer los análisis de agua pertinentes”.
La celebración se realizará el 25 de junio
El Colegio de Bioquímicos de Misiones organizó un almuerzo para el sábado 25 de junio en las modernas instalaciones del Espacio Recreativo del IPLyC SE, ubicado en avenida Tacuarí y Jauretche, de la capital provincial. La oportunidad será propicia para entregar un reconocimiento a los colegiados que cumplen 25 años de matriculados.
Durante el encuentro, serán condecorados por celebrar las Bodas de Plata en la profesión: Mónica Adriana Martin, Sandra Irene Ramírez, Patricia Civila Romberg, Gladys Etherl Bello Velázquez, Susana Raquel Kozu, Mirtha Antonia Lubaczewski, Ángel José Luis Derluk, y Mónica Rossana Piloni.
Además del agasajo, la buena música y del tradicional brindis para festejar el Día del Bioquímico, la ocasión será propicia para la camaradería, para distenderse tras largas jornadas laborales y el reencuentro de los colegas después de la prolongada ausencia que se registró debido a la pandemia.
En estos últimos años, los bioquímicos fueron reconocidos “por el valor, el coraje y la profesionalidad con la que se desempeñaron sin descanso, convirtiéndose, casi sin querer, en la primera línea de defensa, el primer integrante del equipo médico en identificar al enemigo”.
Desempeñarse en los más diversos ámbitos
Los ámbitos de trabajo de un bioquímico (dentro y fuera del laboratorio) no son pocos. Puede ocuparse de la industria farmacéutica, alimentaria, los centros formativos, los servicios de consulta técnica, análisis clínico en medicina y otras industrias de fabricación. Sin dudas, la farmacéutica es uno de los contextos donde más trabajan los bioquímicos. Esto se debe a la gran demanda que existe en cuanto a conocimientos aplicados para desarrollar medicinas y fármacos que puedan ayudar en el tratamiento de enfermedades de todo tipo.
Puede incursionar en el área de la Salud Pública o privada, con un rol muy específico. De este modo, puede encargarse de realizar o supervisar todos los análisis pertinentes en relación con las técnicas de diagnóstico aplicables. Por tanto, un bioquímico centrará su trabajo en los laboratorios clínicos y bacteriológicos, donde se analizan diferentes muestras de sangre, orina o materias fecales.
Gracias al trabajo exhaustivo del bioquímico, cuyos resultados serán comunicados al servicio médico correspondiente, se podrá realizar el diagnóstico y tratamiento adecuado. También encuentran un hueco en la industria alimentaria y de la nutrición. En este sentido, el bioquímico que trabaja en estos sectores lleva a cabo todo tipo de tareas de investigación, permitiendo (entre otras cosas) comprender mejor cómo funciona la alimentación y optimizando la fabricación de los productos finales.
Asimismo, participa del análisis del agua, mediante un proceso químico en el que se extrae una buena muestra del líquido a analizar (dependiendo de la extensión del estudio, se puede llegar a necesitar hasta 1,5 litros). A partir de esa muestra, se determinará su calidad. Según las Guías para la Calidad del Agua Potable de la Organización Mundial de la Salud, no hay que llevar a cabo un exhaustivo proceso de detección de todos y cada uno de los agentes patógenos, ya que hacerlo requeriría un tiempo excesivamente largo y su procedimiento sería demasiado complejo (OPS, 1988). Es suficiente identificar ciertos microorganismos que son perjudiciales para la higiene y sanidad humana: los llamados indicadores bacterianos de contaminación.