Cada 6 de junio se celebra en la Argentina el Día de la Ingeniería, para recordar que en esa fecha, en 1870, egresó de la Universidad de Buenos Aires el primer ingeniero civil del país: Luis Augusto Huergo. En tanto, el Día del Ingeniero se conmemora el 16 de junio en recuerdo de la creación de la carrera de Ingeniería.
El 16 de junio de 1865, se inició la enseñanza de la Ingeniería en Argentina. La carrera dependía del Departamento de Ciencias Exactas de la UBA y se enseñaba matemática, física, astronomía, mecánica racional y aplicada, máquinas, construcciones, arquitectura, e historia natural general y especial.
Este hecho resultó fundamental para el desarrollo de la Ingeniería, ya que permitió contar con los primeros ingenieros formados en el país. El impulso dado desde Buenos Aires fue replicado en otras provincias de modo que, hacia fines del siglo XIX, la ingeniería se enseñaba en varias universidades nacionales.
Si bien la principal actividad que desarrolla un Ingeniero es la de resolver problemas que afectan
directamente a los seres humanos en su actividad cotidiana, esta actividad no debe limitarse a identificar los problemas y aplicar sus conocimientos para resolverlos sino que debe insertarse en la comunidad a la que pertenece, contribuyendo al afianzamiento de planes de desarrollo locales, regionales y nacionales con respeto a los valores solidarios imprescindibles para efectivizar el desarrollo sostenible.
Es imposible pensar en crecer como país prescindiendo de los Ingenieros especialistas en planificación urbana, estructuras, infraestructura, hidráulica, vías de comunicaciones, química, energía y todas las ramas de la Ingeniería.
En ese sentido, hoy homenajeamos a cuatro grandes ingenieros que hicieron historia en Argentina:
El primer ingeniero argentino
Luis Augusto Huergo (1 de noviembre de 1837 – 4 de noviembre de 1913) fue el primer ingeniero civil egresado en una universidad del país. Realizó proyectos vinculados a la consolidación de nuestro país como la canalización de los ríos Tercero, Cuarto y Quinto para aumentar el caudal del Salado, un tramo del ferrocarril Pacífico de Buenos Aires a Villa Mercedes, y el puerto de San Fernando con un dique de carena que fue el primero construido en el país.
El ingeniero fue también protagonista de la creación del Puerto de Buenos Aires. Para ello, diseñó un sistema de dientes oblicuos instalado en el centro de la costa de la ciudad con un canal de acceso desde el Riachuelo. Sin embargo, su proyecto fue rechazado, y el puerto fue construido gracias a la aprobación del presidente Roca, por el diseño de eslabones presentado por Eduardo Madero, sobrino de Francisco Bernabé Madero, vicepresidente de la Argentina en aquel momento.
El proyecto aprobado fracasó y el diseño de Huergo fue utilizado más adelante cuando se amplió el puerto, lo que terminó por reivindicar su propuesta. Él mismo había anticipado desde el inicio que el diseño del puerto a través de los famosos docks pronto sería insuficiente frente a un intercambio comercial internacional creciente.
Vocación docente
Enrique Butty (2 de noviembre de 1887 – 24 de abril de 1973) fue ingeniero, docente, decano y rector en la Universidad de Buenos Aires. En 1917 plantea su “Método por reducciones sucesivas para la resolución de sistemas de múltiple indeterminación estática” por primera vez en el mundo.
Durante su carrera profesional ejerció los cargos de presidente de Obras Sanitarias de la Nación, presidente de YPF y presidente de Segba.
En honor a su destacada contribución en la docencia, la Biblioteca de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires lleva su nombre.
Conectar al país
Pascual Santiago Palazzo (27 de noviembre de 1890 – 11 de marzo de 1980) fue un ingeniero especialista en vías de comunicación. Supervisó la construcción de la avenida General Paz, de importancia estratégica como límite entre la Capital Federal y la Provincia de Buenos Aires. Fue el autor de los proyectos iniciales del Acceso Norte y Acceso Sudeste de la ciudad de Buenos Aires. Desde el año 1981, la autopista de Acceso Norte de la ciudad de Buenos Aires lleva su nombre.
Moldear el hormigón armado
Hilario Fernández Long (12 de septiembre de 1918 – 23 de diciembre de 2002) fue rector de la Universidad de Buenos Aires al momento de producirse la “Noche de los Bastones Largos”.
Como ingeniero, intervino en grandes proyectos tales como las creativas estructuras de hormigón armado del Banco de Londres, de la Biblioteca Nacional, del edificio de IBM así como también participó en el desarrollo de los puentes Chaco-Corrientes y Zárate-Brazo Largo.
En 2003 fue galardonado en forma póstuma con el premio Konex de Honor de Ciencia y Tecnología.