Misiones cuenta con nueve unidades penales y en cada una de ellas funciona una escuela primaria, incluso el Pabellón de Inimputables tiene un aula satélite desde el año pasado.
Además, según precisó a PRIMERA EDICIÓN la coordinadora de la modalidad de educación en contexto de encierro (ECE) del Consejo General de Educación (CGE), Pabla Riveros, en tres unidades penales (la IV de menores, la III de Eldorado y la V de mujeres) funciona una escuela secundaria, mientras que en el resto de las unidades se brinda este servicio educativo a distancia a través del Sistema Provincial de Teleducación y Desarrollo (SIPTED).
En la actualidad, hay 1.708 procesadas y condenadas en las penitenciarías de la provincia y 1.034 están estudiando la escuela primaria (el 66%), secundaria (el 4%) y el 21,2% realiza los cursos de formación profesional avalados por el Ministerio de Educación y el Instituto Nacional de Educación Técnica (INET). Además, el propio Servicio Penitenciario Provincial, la Universidad Popular de Misiones y otras instituciones ofrecen cursos de formación profesional en las distintas unidades penales.
Menos analfabetismo
La mayoría de los internos ingresan al sistema penitenciario sin haber iniciado la primaria o sin completarla. El trabajo coordinado entre el Servicio Penitenciario Provincial y el Consejo General de Educación, el primero en garantizar el acceso a la educación y el segundo en la prestación de este servicio se refleja en la disminución del nivel de analfabetismo entre los internos: pasó del 35% registrado hace una década a un promedio que ronda entre el 8 y 9% en la actualidad, según datos suministrados a este Diario por el director de Educación y Cultura del SPP, Walter Sánchez.
Aún así, el analfabetismo entre las personas privadas de su libertad duplica al de la población general de la provincia que, según los últimos datos oficiales de 2012, es de 4,1%.
Estudios superiores
No es casual entonces que sean muy pocos, contados con los dedos de la mano, los internos que siguen estudios de educación superior en Misiones. No obstante, según indicó Sánchez, “hace seis o siete años comenzó la demanda de los internos de educación secundaria y, aunque son pocos, tenemos algunos internos que están en condiciones de seguir estudios terciarios y universitarios. Antes ni hablábamos de eso porque no teníamos internos con la secundaria terminada. Hoy, gracias a la política educativa que se implementa en los contextos de privación de libertad, estamos ante otra realidad”.
Admitió que la falta de matrícula y de el espacio físico complican la posibilidad de hacer convenios con instituciones terciarias y universitarias para el dictado presencial de carreras, “la matrícula mínima que piden es de 25 y no llegamos a ese número de internos en condiciones de seguir estudios superiores”. Por eso, la mayoría estudia a distancia, “tenemos dos o tres internos de Oberá y uno en Cerro Azul estudiando carreras a distancia”.
Por ahora, sólo la Unidad Penal de Eldorado cuenta con una sede del Instituto Misionero de Estudios Superiores (IMES), donde personal penitenciario como internos pueden cursar la carrera superior de administrativo contable.
Tampoco es sencillo el acceso a carreras de modalidad virtual porque los penales no tienen servicio de Internet.
Al respecto, según indicó Riveros “no es una cuestión técnica, sino de interpretación. Tanto desde el CGE como desde el SPP estamos gestionando ante las autoridades nacionales para que todas las penitenciarías cuenten con servicio de Internet para el servicio educativo”.
Tanto Sánchez como Riveros ponderaron el poder transformador de la educación en las personas privadas de su libertad y reivindicaron el beneficio del estímulo educativo bien aplicado.