El juez de Instrucción 7 de esta capital, Miguel Mattos, le dictó la prisión preventiva a los dos detenidos por el crimen de la taxista Claudia Elizabeth Benítez (32), señalaron fuentes del caso.
En ese sentido y conforme a la resolución, quien era la pareja de la víctima, de 39 años, seguirá imputado en forma provisoria por el delito de “homicidio calificado por el vínculo y alevosía”, en tanto que el segundo arrestado en la causa, Franco Jesús Ramos (27), por “homicidio calificado por alevosía”, agregó un vocero.
Ambos están bajo sospecha de participar del asesinato de la obereña Claudia Elizabeth Benítez, ultimada a puñaladas en el cuello y arrojada en un pozo de siete metros de profundidad en una propiedad abandonada del paraje Nemesio Parma, detrás del Parque Industrial Misiones, en esta capital. Su cuerpo fue hallado horas después de su desaparición.
Su ausencia fue reportada el martes 17 de mayo, e incluso quedó registrado el último mensaje que Claudia Benítez envió a sus compañeros de trabajo. Fue desde su celular pero de texto, cuando habitualmente saludaba al iniciar la jornada con un mensaje de audio deseando un buen día para todos sus compañeros. Este último mensaje aseguraba que viajaba hacia Nemesio Parma a buscar tres pasajeros, entre las 6 y 7 de ese martes.
Pasadas las 8 se confirmó que sobre la avenida terrada Del Té, en el ingreso al complejo habitacional de Nemesio Parma y a 600 metros del acceso a una cantera de piedra de una empresa constructora, fue hallado totalmente reducido a metales, plásticos y caucho calcinados el Chevrolet Corsa Classic propiedad de Benítez y su herramienta de trabajo. El silencio y búsqueda se mantuvieron hasta el mediodía en que fue notificado el juez Mattos, sobre el fuego y la ausencia de la obereña.
Ese punto es frente a la construcción abandonada y al pozo de agua donde al día siguiente, es decir el miércoles 18 de mayo a las 9, fue hallada sin vida la taxista. A partir de entonces surgió el primer sospechoso: su pareja. Cuando intervinieron los bomberos de la fuerza de seguridad el fuego ya había arrasado el Corsa por lo que recoger evidencia o elementos que puedan servir para la investigación fue en vano.
Las pericias y rastreo del teléfono celular de la víctima fueron claves para llegar al segundo detenido. En tanto que manchas que serían de sangre en un calzado y antecedentes por violencia de género, fueron cerrando el círculo sobre el otro implicado, quien era concubino de la mujer.