Los estudiantes misioneros de los niveles inicial, primario y secundario volvieron ayer a la presencialidad, en el segundo tramo de clases y luego de las vacaciones de invierno de dos semanas.
Esta vez hubo un tema particular que marcó la vuelta a las aulas: el uso o no del barbijo en los lugares cerrados. En muchos establecimientos educativos de gestión pública como privada, los directivos realizaron una interpretación particular ante la ausencia de una notificación por parte del Gobierno educativo misionero.
Cabe recordar que el Comité Científico (que reúne a los Ministerios de Salud, de Educación, al Consejo y a la Legislatura provinciales presididos por el vicegobernador Carlos Arce), concluyó hace casi una semana que se “recomendaba” el uso del barbijo pero que ya no era obligatorio al no haberse prorrogado la emergencia sanitaria provincial en julio.
Claro está que, sin una circular o resolución, algunos optaron por seguir exigiendo los barbijos a partir de los reglamentos internos de las escuelas, que los padres aceptan cuando inscriben a los niños para el cursado de las clases.
Recién ayer al mediodía (tal vez por las vacaciones de los funcionarios a cargo) en el Centro Cívico posadeño se pusieron a redactar una resolución en la línea que dictó el Comité Científico, para notificar a las escuelas de la situación y evitar confrontaciones entre padres, docentes y directivos.
No hay que olvidar que existen quienes consideran que la pandemia no existió ni existe, así como el COVID. Y fueron y son férreos promotores de dejar de lado las medidas preventivas que tantas vidas salvaron: desde el barbijo hasta las vacunas.
Sin dudas que, previendo esta circunstancia, con una notificación a tiempo, era evitable la puja en las comunidades escolares por el uso del barbijo.