Generalmente, cuando alguien sube el volumen a niveles estridentes por un cumpleaños u otro festejo en particular, la primera reacción es evaluar si es algo ocasional, que pasa solamente en días especiales. Generalmente y por una mejor convivencia, es algo que se suele dejar pasar… pero a veces sucede lo contrario.
Algo así es lo que viene ocurriendo los fines de semana en Comandante Andresito desde hace casi un año, por el volumen elevado de equipos de sonido desde la medianoche y hasta la madrugada.
Tal es la situación que denuncian más de veinte familias de esta localidad que viven cerca de un local de entretenimiento ubicado sobre la avenida Los Pioneros.
Juan Castillo, comerciante de esta localidad y vecino afectado, explicó a PRIMERA EDICIÓN que “ya no podemos más, llevamos meses sin descansar los fines de semana. El boliche se abrió el año pasado, es un galpón sin medidas acústicas adecuadas y además tienen un patio cervecero que, le dicen, ‘al aire libre’”.
“Parlantes inmensos que comienzan a sonar cada viernes y sábado desde las 12 de la noche hasta las 5.30 de la mañana. Yo soy hipertenso y terminé en el hospital por no poder descansar, mi hijo estudia y no puede ni estudiar ni dormir. El boliche está pegado a la casa de un pastor y su familia que también está pasando por una situación horrible no pueden descansar. Una farmacéutica que vive en la cuadra se va a dormir a su negocio, que está alejado, para poder descansar, es una situación desesperante la que vivimos”, lamentó Castillo.
Damnificados unieron el reclamo
Además explicó que “desde el momento que comenzó a funcionar (el local) y que el ruido era insoportable, cada vecino se fue acercando al dueño, primero para pedirle que coloque material acústico. Se le explicó la situación, pero siempre se nos rió en la cara”.
“Como no pudimos tener un diálogo con el dueño, ya nos juntamos los vecinos afectados para enviar la primera nota al intendente de la localidad (Bruno Beck) para pedirle que la comuna tome cartas en el asunto, eso fue en noviembre del año pasado. No tuvimos respuestas. Entonces volvimos a hacer otra nota y la volvimos a presentar. La primera nota tuvimos que insistir para que la recibieran, la segunda, cuando la llevamos, nos atendió el jefe de Comercio de la comuna, nos trató de mala manera y nos dijo a mí y a mi esposa que el pueblo está creciendo y que nosotros somos gente de chacra, que tenemos que acostumbrarnos al crecimiento”, agregó.
Castillo atenuó su queja al explicar que “no estamos en contra del boliche, todos tenemos derecho a trabajar, sino de que no cumpla con las reglas sonoras, con las mínimas medidas de acústica para que el sonido no nos afecte a los vecinos”.
“Es algo insano, no podemos descansar, todos somos gente trabajadora, yo tengo un negocio, pago mis impuestos, tenemos derechos también y tenemos derecho a descansar, principalmente”, finalizó Castillo.
Denuncias y exposiciones
Con la finalidad de hacerse oír, más de veinte vecinos volvieron a enviar una nota de queja, esta vez al Concejo Deliberante.
“Sólo el concejal Ariel Ruhmling se acercó y se reunió con nosotros, nos escuchó y nos dijo que quería presentar un proyecto para la reglamentación de este tipo de problemática, ruidos molestos y demás. Pero el problema sigue, hicimos más de dos denuncias policiales, exposiciones policiales, queremos que las autoridades del pueblo hagan algo, no puede funcionar este boliche sin normas sobre el sonido, la música a tan alto volumen y por tanto tiempo, es insoportable”, indicó el comerciante local Juan Castillo.
Él mismo fue el vocero de los vecinos que llevan adelante esta queja y habló por las familias afectadas.
“No quieren escucharnos, ya no sabemos qué hacer para que alguien nos dé una respuesta, una solución. Estamos pensando en alguna medida de fuerza, porque no podemos seguir así, no podemos descansar, es una locura”, remarcó.
Los esfuerzos de este medio por comunicarse con el intendente local para conocer su postura sobre este tema, no obtuvieron respuestas por parte del funcionario.