En la edición de ayer jueves hicimos alusión a los primeros gestos en la gestión del poder en la reestructurada coalición que gobierna el país. En la edición de hoy queremos destacar otros gestos, esos que verdaderamente impulsan cambios positivos y transmiten mensajes optimistas acerca del estado de las cosas… de lo que ocurre en la sociedad cuando la dirigencia muestra escasos niveles de empatía.
Esa pareja que se desprendió de un automóvil para ayudar a una mujer y a su hija no sólo emprendió un acto destacable y desinteresado, sino que cambió en buena medida la vida de esas personas que ampliaron los márgenes de sus posibilidades.
Pero los efectos no concluyen en los protagonistas, sino que emiten fuertes señales en todas direcciones, justo cuando no abundan semejantes actos de empatía.
En un mundo colmado de vacías exhortaciones al optimismo por parte de sistemas y dirigentes cada vez más mezquinos, se erige ahora una fuerte señal que habla de una sociedad que busca mejores respuestas a la crisis dentro de sí misma. Una sociedad que, en casos como este, exhibe mejores valores y condiciones.