La intensidad de los datos negativos sobre la mayoría de los rubros de la economía y las finanzas, más la fuerte caída detectada en el consumo masivo durante las últimas semanas, hablan claramente de un escenario complejo hacia adelante, en coincidencia con el período que el ministro de Economía, Sergio Massa, se plantea para desarrollar un ajuste convencional.
Las medidas que adoptó el Gobierno durante los últimos días también expresan preocupación por lo que surja en lo inmediato. La angustia en este caso es que el contexto, desfavorable a todas luces, se conjuga con un fuerte aumento de la pobreza que tiene a los menores de catorce años como los más afectados.
La nueva postergación del anuncio del nuevo esquema tarifario para los servicios de electricidad y gas, el cambio sobre la marcha; la temprana suba de tasas por parte del Banco Central, incluso antes de que se conociera el dato de la inflación de julio que es récord; el aumento de las jubilaciones un día antes de dar a conocer el IPC, aumento que vuelve a quedarse corto respecto de la inflación. Muchas medidas que buscan descomprimir tensiones, pero que agotan sus efectos en apenas horas.
La nueva convocatoria del Consejo del Salario, que este año tuvo un récord de reuniones por la dinámica pérdida de poder adquisitivo, expresa al mismo tiempo lo rápido que el Gobierno se quedó sin herramientas y lo poco que puede hacer frente a la escalada de precios.
La derrota en ese sentido es brutal y lacerante… mientras Alberto Fernández proclama, una vez más, que este año el salario vencerá a la inflación, ahora se intenta que el flagelo no alcance las tres cifras a fin de año. Y pensar que la primera expectativa oficial no superaba el 30%.
Queda claro a estas alturas que más allá del incremento de todos los rubros que componen la estructura de precios en el país, sigue siendo el político el que más aporta a la crisis. Al fin y al cabo, no hacen más que adoptar pésimas decisiones y prometer mejores escenarios mientras la macro y la micro se deterioran y a diario se llevan por delante a miles de argentinos.