Ana María es una espléndida mujer de 67 años, vital y responsable al 100% de su diario bienestar. Metódica en su estilo de vida con todos los cuidados al nutrirse, con la actividad física y ahora desea intensificar sus cuidados.
Como tantos otros creyó mucho tiempo que la estética era el objetivo final de esta medicina orthomolecular, pero cuando en su grupo de amigos se sorprendieron por el bienestar que había recuperado un matrimonio amigo su visión cambió.
Cumplía a la perfección los pasos básicos de cuidados, pero la sugerencia fue respecto al cuidado cerebral. Para esto elaboramos un plan para disminuir metales pesados y aumentar las sustancias de nutrición celular donde los omega son la prioridad.
Hay diferentes tipos de aceites y específicamente quiero comentarles sobre Omega 3, 6 y 9.
Los alimentos ricos en omega-3 como la linaza, aceite de oliva, nueces, almendras y algunos pescados, promueven el buen funcionamiento del cerebro, ayudando a mejorar la concentración, atención y memoria, pero también actúan a nivel de los vasos sanguíneos, previniendo enfermedades cardiovasculares.
Por eso hay que erradicar el concepto de que las personas con presión arterial alta o dislipemias no deben consumirlos. Se pueden incorporar a nuestra dieta de diferentes maneras.
A través de la alimentación y con preparados que según la dosis, niños, embarazadas o edad adulta, será la cantidad de veces en el día.
Los suplementos con omega-3 que se encuentran en forma de cápsulas y contienen aceite de pescado, de krill o de hígado de bacalao, y también se encuentran los suplementos vegetarianos que contienen aceite de algas marinas, semillas de lino, nueces, aceite de canola, etc.
Los suplementos que tienen como base el aceite de pescado contienen en promedio 1.000 mg de aceite por cada cápsula y 180 mg. de ácido eicosapentaenoico (epa) y 120 mg de ácido docosahexaenoico (dha), que son algunos de los tipos de omega-3.Las preparaciones más diversas dulces a saladas pueden enriquecerse y beneficiarnos, pero no puede tomarse a la ligera su suplementación.
Hay diferentes presentaciones que debemos cerciorarnos que tienen la debida certificación, para evitar contratiempos.
A su vez, los síntomas gastrointestinales como reflujo, acidez, diarrea, pueden ser motivo de su suspensión. A nivel ocular existe un molesto síntoma de ojo seco que conlleva a otras molestias.
Toda suplementación es buena en su justa medida para cada necesidad, de ahí la necesidad siempre del control adecuado.
Algunas personas responden perfectamente a la suplementación alimentaria y no hay que forzarse en nada más mientras que otros por su estilo de vida prefieren preparados.
Las intolerancias mínimas hay que evaluarlas y determinar los demás medicamentos que pueden estar interactuando. La incorporación en estos casos debe ser con la dosis justa en la alimentación.
De repente primero hay que hacer una desintoxicación hepática o de otra índole, cada organismo es diferente y el respeto a sus necesidades es la base para no dañarlo.
Cuando hablamos de desintoxicación a nivel del sistema nervioso no podemos dejar de mencionar los metales pesados, otro punto fundamental para cuidar nuestro cuerpo. Se produce a través de compuestos vía oral como la zeolita y endovenosa quelación, Edta. Ambos métodos se pueden utilizar juntos potenciando así su eficacia.
Las sustancias amiloideas que se encontraron en autopsias de pacientes con diferentes enfermedades seniles tales como Alzheimer por ejemplo, fueron lo único que coincidió en todas, de ahí la importancia de eliminarlas de nuestro organismo.
Lo ideal es realizar la desintoxicación y nutrición celular estimulando de manera cognitiva las vías de conexión neuronal, para lograr óptimos resultados en nuestro sistema nervioso.
El índice de vida alto de hoy permite tener una vida activa a edades avanzadas pudiendo gozar con máxima plenitud de un bienestar integral.
Aprender a suplementar es un arte con excelentes resultados y ayudar a nuestra alimentación con las dosis justas es lo mejor.