Por intervención del juez de primera instancia en lo Laboral Nº 1, Manuel Ángel Silva Dico, se impuso un amparo donde se establece el cese inmediato y la paralización de la construcción de la obra ubicada en la avenida Roque Pérez Nº 1055, en la zona del Cerro Pelón de Posadas. Asimismo, dictaminó que la medida subsistirá hasta tanto se dicte sentencia definitiva.
En el documento se intima al Fidecomiso, que lleva adelante la obra, y a la Municipalidad, que se tomen las medidas de seguridad pertinentes, construyendo la calle y veredas necesarias para el desarrollo de la obra, como así, el muro de contención a los fines de evitar el derrumbe del cerro en la franja de desarrollo de la edificación.
La medida fue establecida por pedido de vecinos que residen en la zona e incluso se explica, en el documento, que en el inmueble donde se realiza la obra, ya con anterioridad se habrían presentado varios proyectos de construcción, “desechándose dos por las características del suelo, ya que es de roca basáltica”.
“El mismo había servido en décadas anteriores de cantera, por lo que al dinamitar dicha zona, la roca se encuentra en varias partes fisurada, por lo que de continuar la construcción de la obra nueva -edificio de varias plantas- y sin que previamente se efectúen los trabajos de apuntalamiento de la zona y ampliación de la calle, traería aparejado un grave peligro para las viviendas y las personas por el eminente peligro que puede acarrear una obra de gran tamaño”.
Antecedentes
En el documento judicial también se expone que la medida cautelar se antepone porque “se advierte, ante una eminente amenaza de que la construcción edilicia produzca un perjuicio, el que en el futuro pueda resultar irreparable y de posibles pérdidas humanas o de bienes personales”,
Asimismo, expone que existe un expediente administrativo de la Municipalidad de Posadas (8570/S/07) del 13 de marzo de 2007 donde se solicitó a la constructora que “opte por algunas de las medidas propuestas a efectos de asegurar la calle y solucionar los accesos a la construcción”.
Además acompaña al citado expediente administrativo un plano de la altura del futuro edificio, que se encuentra en construcción, del que “se desprende informe firmado por el ingeniero en construcciones Carlos Alberto Peresson, que la base del terreno está compuesta por una primera capa de basalto ‘muy alterado y triturado’ y la capa más subterránea de basalto gris alterado, con algunos niveles triturados. El informe sugiere que la fundación de las bases debe llegar a la roca basalto gris alterado. Esto requiere que la empresa debe realizar un gran movimiento para llegar a la última capa del suelo, con las implicancias que ello significa por la existencia de la barranca (talud terreno natural) que da al frente del edificio”.
Tal como se expone con anterioridad, existen otros indicios que exponen la situación de peligro como el pedido hecho en 2008, desde la Secretaría de Obras y Servicios Públicos, donde se insiste en que “se debe minimizar el impacto negativo en la estabilización de las barrancas” y existe un compromiso de los responsables de la obra a realizar dichas tareas.
Así también del informe del Ingeniero Ayala, quien dictamina que la capacidad de carga en las proximidades del talud podrá “verse afectada”.