Luego de más de tres temporadas de pérdidas, en algunos casos hasta la totalidad, colonos de Pozo Azul le ponen el pecho a la crítica situación desatada por la sequía del verano pasado y ya comenzaron con la siembra temprana del maíz.
Wilmar Vaz, uno de esos hombres del interior profundo de Misiones, que produce la tierra para vivir y mantener a su familia, contó a Eco&Agro que trabaja en su chacra con una variedad que de maíz que tarda seis meses en desarrollarse, pero que a la hora de calidad genera buenos rendimientos y por ello, “me nutro de fe”, explicó.

Pese a los angustiosos momentos de ver sus campos arrasados por la sequía, en la temporada anterior, el colono sigue empujando hacia delante y como él mismo dijo, “nuestra vida es así: nunca bajamos los brazos, cada día se vuelve a empezar”.
“Mandioca, poroto, arroz y maíces son parte de la tanda de cultivos que la gente encara en las chacras. En general se trata que haya una variedad bien surtida de hortalizas también. Hacemos distintas variedades y criamos animales para el autoconsumo y el excedente en lechones y terneros se vende. La vida de la chacra gira en torno a eso”, graficó el productor.

Su chacra, ubicada sobre la ruta 17, en el kilómetro 80, se encuentra dentro de los límites del municipio de Pozo Azul.
“Lo único que no cambia es la situación de los pequeños productores, que siempre es complicada porque nosotros venimos de pasar una pandemia que estuvo agravada por las condiciones meteorológicas. Nos agarró una sequía muy brava, y la producción se cortó. Las consecuencias las empezamos a pagar ahora porque no hay maíz, poroto ni ninguna producción. Eso lleva a que tampoco tengamos medios para mantener nuestros animales. El alimento básico de los animales es el maíz, que este año no hay”, se explayó.
“Sobreviviendo”
“Como productores de la tierra no contamos con aportes económicos del Estado nacional, es decir no hay un plan social para el pequeño productor”, prosiguió Wilmar con resignación al deslizar una queja sobre los aportes que se hacen a las personas desocupadas, pero no así al colono que enfrenta graves pérdidas después de cosechas infructuosas.
E indicó: “Estamos sobreviviendo, haciendo malabares para conseguir las distintas variedades de semillas. Éstas se echaron a perder con la sequía y ahora, que las condiciones del tiempo están mejorando para plantar, nos encontramos con que nos faltan variedades”.
“Tenemos vecinos que perdieron todo el maíz, otros no tienen poroto ni zapallo, que siempre se aprovecha la misma semilla. Está difícil la situación de los pequeños productores de Pozo Azul”, amplió.
Más allá del sombrío panorama, no pierde la fe y ni el optimismo. “Por ahora el tiempo nos está acompañando mientras comienza la época fuerte de siembra”, se alegró.