La Feria Franca de Oberá cumplió 27 años el pasado sábado 27 de agosto. El nuevo aniversario encontró a los colonos inmersos en la crisis financiera que atraviesa el país, con la Asociación de Ferias Francas inactiva y con una celebración organizada por el Estado provincial y municipal a la que no fueron todos convocados.
La pandemia puso en suspenso a la institución que nuclea a los feriantes y la reactivación está llevando más tiempo del esperado. Varios colonos manifestaron su preocupación, solicitaron retomar reuniones, organización y renovación de autoridades. Pero la comisión directiva no aparece.
“Me cansé de preguntar cuando habrá asamblea, ahora solo vengo, trato de vender lo que traigo y vuelvo a la chacra”, expresó uno de ellos. “No hay reuniones, se cortó todo y no se reactivó más”, agregó otra.
También la cantidad de feriantes disminuyó notoriamente, por un lado por la baja en la producción y los costos en alza permanente, además de un recambio generacional que volvió a detenerse. “Pensábamos que nuestros hijos iban a seguir con el puesto, estaban entusiasmados, pero últimamente decidieron buscar otro camino, solo la Feria no alcanza. Nosotros vamos a seguir hasta que la salud nos permita”, señaló una mujer.
Wilma Burchardt (65) forma parte del reducido grupo que concurre a Plazoleta Malvinas. Cada miércoles y sábado de la semana, trae sus productos de General Alvear. “El 26 de octubre voy a cumplir 27 años de estar, o sea que desde que empezó prácticamente. La venta ahora está baja, está faltando plata, ya no vendemos tanto como antes. Por suerte tengo mi jubilación que me ayuda a vivir, no sé qué haría sin eso”, manifestó.
“De los que empezamos varios ya fallecieron y otros tomaron otro rumbo, por eso somos poquitos. Además ya sentimos el cansancio, estuve once años llevando mis productos a Posadas también, pero ya mi salud no me permite. Sigo en Oberá siempre”, explicó.
Respecto a la cuestión institucional, coincidió en que “la Asociación está quieta, hablaron de elegir nueva comisión, pero no pasó nada. Después de la pandemia falta arrancar”.
Ana Hoff, de Panambí, reconoció la posibilidad que le brinda la Feria desde el año 2000, cuando ella se sumó. “Estoy agradecida por poder venir a vender, es nuestro ingreso. Agradecida a la clientela que viene a comprar. Actualmente hay una merma bastante pronunciada en la cantidad de productos que traemos, pero no puedo quejarme, ya no puedo hacer la producción que necesitaría”, admitió.
En otro orden, finalmente se realizó la postergada Noche de la Agricultura, propuesta conjunta del Estado local y provincial como homenaje a las Ferias Francas, al cumplirse 27 años de producción y venta directa de alimentos. Sin embargo, varios de los feriantes desconocían el festejo, que incluyó un show musical. “La verdad que no sabíamos nada, nadie nos invitó. La Feria 2 siempre estuvo relegada de todo”, lamentó.