Por: Gabriel Fernández
El domingo 21 de agosto se conmemoró en Argentina una fecha muy esperada por los más chicos, me refiero al Día de las Infancias. Esta fecha se celebra en nuestro país desde la década del 60 y fue impulsada a nivel internacional por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Sin embargo, algo suena diferente en esta ocasión y es porque hasta hace poco hablábamos de celebrar el Día del Niño.
Entonces, qué pasó con el término “niño” y por qué ahora se cambió por el día de las “infancias”, “la niñez” o incluso las “niñeces”, como lo mencionan algunos sectores.
En esto, a muchos les resulta un poco chocante dejar de hablar de un “niño”, porque crecieron festejando el último domingo de agosto con su anterior denominación. Es más, con un efecto pospandemia y el regreso a los festejos tradicionales, compra de obsequios y la gran expectativa de la industria del juguete, los festejos del domingo pasado se potenciaron en distintos puntos del país.
A todo esto, se suma el rol preponderante de la publicidad, los medios de comunicación y las imágenes de las redes sociales, que este año pusieron toda la carne en el asador para impulsar un movimiento festivo y sobre todo que dé resultados en lo económico.
Más allá de que la fecha es tomada como parte de una construcción comercial, con los juguetes esperados con ansiedad por los más pequeños, las celebraciones familiares y barriales, para alegrar a los niños y niñas, surge además la pregunta de si es necesario modificar el término para hablar de una inclusión efectiva que abarque a todo tipo de infancia.
¿En qué momento arrancó el cambio?
Desde el 2020, la secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación promovió una nueva denominación para la celebración, que oficialmente pasó a llamarse Día de las Infancias, con el objetivo de hacer más inclusiva y abarcativa la propuesta. Teniendo en cuenta un movimiento social basado en un enfoque de género, diversidad y la visibilidad de nuevas identidades no binarias.
Por tanto, podríamos decir que el cambio viene gestándose hace tiempo. En este sentido, movimientos sociales LGBTIQ+ consideran que hablar del día de las infancias, la niñez o las niñeces es una conquista.
Esto se debe a un paso más para dejar atrás viejas visiones donde lo masculino abarca una totalidad de la sociedad. Sin dudas, tales visiones vienen de la mano del llamado lenguaje inclusivo y el intento de modificar la hegemonía heteronormativa.
Cabe recordar que en Argentina, en 2012 entró en vigencia la Ley de Identidad de Género 26.743, normativa que marcó un precedente internacional y un reconocimiento legal de una identidad autopercibida. A partir de entonces, miles de personas en este país accedieron a la rectificación del nombre de nacimiento en el DNI y comenzaron tratamientos hormonales.
Entre ellos, las infancias trans ocuparon titulares de los medios, porque por primera vez aparecieron casos visibles y datos oficiales con respecto a menores que accedieron al cambio de identidad. Previo a esto, los niños vivían escondidos y las familias evitaban hablar del tema, porque sólo unos pocos expedientes llegaron a una instancia legal para modificar el género de nacimiento.
Una población diversa
De acuerdo a un informe publicado por la Asociación Civil Infancias Libres, en base a una encuesta sobre infancias y adolescentes trans, donde participaron más de 200 padres y tutores responsables de estos menores, alrededor del 60% respondió que no conocían otras infancias diversas más allá de su hijo, hija o hijx.
A pesar que los participantes pertenecen a Buenos Aires y Ciudad Autónoma, este dato es importante porque visibiliza un estado de vulnerabilidad de las infancias ante una sociedad mayormente binaria, donde festejos como “el Día del Niño” eran vistos como poco inclusivos a otras realidades.
Asimismo, esta muestra poblacional dejó en claro que son las madres quienes están a cargo de las nuevas infancias, el 89% es la responsable del hogar, mientras que apenas un 10% tienen una responsabilidad parental compartida y el 1% de la niñez está a cargo de otro vínculo.
A futuro
Van dos años de la impulsión del cambio de categoría “Día del Niño” por el de “Día de las Infancias” o “Día de la Niñez”. No obstante, la sociedad argentina, que aún es bastante tradicionalista en sus festejos, muestra una resistencia y no se despegará de la palabra “niño”.
Así que pasar a nombrar las infancias, como un inclusivo argumentativo, es probable que tarde años para pasar a la cotidianidad, tal como sucedió en su momento con el término “Día de la Raza”, que actualmente es “Día del Respeto a la Diversidad Cultural”.
Pero retomando la discusión original, con una modificación en una palabra por otra sin distinción de género ¿realmente nos volvemos más inclusivos? ¿Necesitamos que una normativa nacional impulse el cambio? Una verdadera inclusión viene de las bases, de la sociedad, donde es importantísimo el rol de la familia y la escuela.
Por ello, un cambio en el término es un granito de arena en un proceso de cambio social, apoyado sin duda en un discurso político social que cobró fuerza en la última década.