Marcos Ezequiel González nació hace 17 años en Candelaria. Vive con su maná Valentina, su hermanita Patricia y la abuela Isabel en el humilde barrio 20 de Junio. Es alumno del BOP 5, en donde cursa el quinto año.
El beach voley, que comenzó siendo algo así como una válvula de escape le cambió la vida, pues en menos de un año, el joven vive un presente prometedor, ya que será uno de los representantes argentinos en el Mundial del Vóley de Playa U19, Dakili (Turquía), que lo proyectará como otras de las esperanzas del deporte argentino en 2022.
De aquel comienzo en la práctica de este deporte, en junio del año pasado, cuando con un amigo llegó a la playa Costa Sur de Posadas para pasar el rato, divertirse y jugar al beach, su vida cambió radicalmente. Las condiciones de Marcos llevaron a Cecilia Melgarejo, otra de las exponentes del beach y “profe” de la Escuela Municipal que funciona en el acceso sur, a posar sus ojos en él y lo invitó a ser parte de la escuela, a lo que Marquitos, como lo conocen los más cercanos, aceptó y de ahí en más comenzó una historia de película.
Muchas cosas le han sucedido en este tiempo. Torneos nacionales e internacionales, entrenamiento en Mendoza y el CeNARD y el entrenamiento diario junto a los chicos de la Escuela Municipal, han sido una constante para el humilde joven que con su metro noventa, talento y personalidad se ganó un lugar en el equipo argentino.
¿Cuáles son las sensaciones que se te cruzan por la cabeza?
La verdad que cuando me dijeron que iba a ser parte del equipo argentino, que iba a jugar el Mundial, me puse muy contento. Cada vez falta menos, lo que me pone muy ansioso.
¿Hace apenas un año que jugás al beach?
Sí. Hace un año comencé con el beach voley. Empecé de cero, porque venía del indoor, el vóley de piso como todos lo conocen. Tras meses y meses de venir a la playa en doble turno aprendí a jugarlo. En medio año vino la primera convocatoria de la selección, eso fue un gran paso para mi carrera.
¿Qué dicen tus compañeros del BOP 5?
Están muy contentos. Ahí comencé a jugar al vóley de piso. Ellos me felicitaron por todo lo que me está pasando. Cuando tengo un tiempo juego con ellos (sonríe).
¿Pudiste googlear dónde queda Dakili, la sede del Mundial?
Sí. Vamos a estar jugando en una playa muy linda. Creo que va a haber mucho viento, pero eso es lo de menos. Voy a dar el cien por ciento para dejar a la Argentina en lo más alto.
¿Pudiste entrenar con Ramito (Sancer) para el Mundial?
Entrenamos una semana en Mendoza. Previamente lo hicimos en Buenos Aires, en el CePARD, con los entrenadores de la selección y mejoramos en varios aspectos.
El esfuerzo compartido, lejos de un slogan político, se transformó en una realidad en el caso de Marcos, ya que muchos colaboraron con dinero para que el joven pueda moverse en Turquía, pues la delegación viaja un par días antes para la adaptación.