Luis tiene 68 años y una historia de vida de 24 años de diabetes. Está convencido que lo mejor que hizo en su vida fue casarse y que su esposa lo “cuida más que nadie”, me dice frente a ella con una sonrisa pícara, pero cada vez que quiere comer algo fuera del contexto la mirada de ella es “peor que cualquier cosa”.
Me causa alegría empezar mi dia con estos pacientes porque me recuerdan a mi papá y la lucha de mi mamá, pero hoy hay muchisimos cambios de paradigmas con respecto al cuidado diabetológico y lo mejor es tener en claro el equipo interdisciplinario que debe acompañar a un diabético. Los nutricionistas son indispensables.
Los intestinos son el centro de la inmunidad y relación de equilibrio, por eso hay que chequearlos periódicamente, para regular los alimentos y dar suplementos si fueran necesarios.
Hoy conocemos mucho más acerca de la microbiota intestinal y cómo el cuerpo puede aumentar su calidad de vida, su bienestar a través de ella.
El síndrome inflamatorio intestinal que ocurre a través del disbalance entre bacterias buenas y malas, genera que la absorción de los nutrientes sea incorrecta, aumentando el envejecimiento celular. Esto estimula a diferentes hormonas que desregulan la glándula pancreática, por ende la glucemia, por eso antes de hacer cambios aumentando la medicación es conveniente revisar nuevamente lo que hacemos en general, que incluye cómo dormimos, qué tipo de día tenemos, en cuanto a actividades y alimentación.
No debemos olvidar que el organismo es uno y las emociones, actividad física, contexto en general son disparadores glucémicos y de tensión arterial, ambos silenciosamente varían y no es cuestión solo de cambiar medicación.
Primero debemos tener en claro que la diabetes no es solamente cuidarse con lo que comen. Es un síndrome multifactorial, que muchas otras cosas intervienen en las oscilaciones de la glucemia.
Es un trastorno circulatorio que afecta todo nuestro cuerpo y por eso la pequeña y gran circulación debe ser cuidada. Es muy importante remarcar estos conceptos.
La microbiota intestinal es clave para todos, pero a veces olvidamos que los nutricionistas nos pueden evaluar y ayudar a mejorar.
Este fue el caso de Luis. Se sentía más cansado y los valores de glucemia aumentaban. Aumentó dus deposiciones y se estaba levantando a orinar de noche.
Respetaba su alimentación en calidad, pero casi no tenía apetito y eso era lo que más preocupaba a su señora, quien con gran esmero intentaba brindarle lo mejor.
Realizamos estudios y un plan de depuración intensivo. Sugerí desparasitar y depuración hepática entre las quelaciones endovenosas semanales. En dos meses y con la guía del nutricionista su semblante cambió. Manifestó su bienestar y así de a poco incorporó la actividad física reglada junto con los cambios en la alimentación con probióticos y prebióticos.
Sugerí tres meses mínimo de suplementos acordes esenciales junto con Omega y Vitamina K para el tratamiento de síndrome inflamatorio.
El plan sugerido consistió en parte:
Ácido málico junto con zeolita, al comenzar el día.
Antiparasitario.
Minerales y vitaminas por la disminución de la absorción de los mismos.
Luego pasar a pre y probióticos con la valiosa ayuda de su esposa y Andrea Kamlech, fitoterapeuta y especialista.
Luis felizmente se está recuperando y nosotras felices con los cambios. Más energía significó volver a la actividad física diaria más intensa y el ejercicio que hacía sentado ahora quedó atrás, no hay manera de tenerlo quieto.
Nuevas maneras de establecer tratamientos están en el día a día, el trabajo interdisciplinario es clave así como conocerse para cuidarse mejor. Hasta el próximo domingo donde siempre podemos contestar tus preguntas.
Feliz y bendecido domingo.