
Elvira Espínola tiene 37 años y desde que sepultó a Darío Natanael Morgenstern el lunes en el cementerio de Jardín América, sólo aguarda a terminar los trámites, armar las valijas y sacar tres boletos de colectivo y partir junto a sus dos hijos adolescentes restantes (15 y 17 años) hacia Pinamar, donde su hija mayor le brindará contención para sobreponerse a la tragedia del domingo por la madrugada cuando su niño de 12 años murió de un disparo de escopeta en el pecho.
Ayer, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Elvira adelantó su intención de irse de Jardín América: “La investigación de la policía a nosotros no nos aportó absolutamente nada porque cada vez que vamos a la comisaría a preguntar o a aportar algo no recibimos ninguna respuesta”.
Agregó que “así nos tienen, nos dicen ‘lo estamos buscando a Koki’ pero no nos dan ningún dato porque tampoco lo tienen. Cada vez que vamos a la comisaría volvemos peor”.
Recordó también que “Darío me pidió el sábado ir con su primo mayor de edad para ir al barrio (Nuevo) porque nosotros nacimos y nos criamos en ese sector de Jardín América. El primo lo buscó para ir al playón a jugar a la pelota, casi todos los sábados lo hacen. Darío fue y estuvo ahí jugando también a los videojuegos en la casa de un amigo del barrio, me lo dijo una señora vecina”. El miedo que la atraviesa se basa en la ausencia de expectativas porque se esclarezca el crimen y detengan a Juan Ramón Rodríguez de 19 años, alias “Koki” y prófugo desde el pasado domingo por la madrugada: “Hay muchísimos dichos y versiones. Darío estuvo en el playón con el primo y los amigos. Nadie nos explica y yo no encuentro información para entender por qué se fueron a esa casa. Insisto, hay muchos cruces y versiones que involucran a más personas, por eso estamos desesperados porque nadie explica nada desde la policía”, indicó.
“Tenemos mucho miedo por nuestra seguridad, mi familia está así porque el principal sospechoso está libre y lo vieron acá por el barrio ayer (por el martes) a media mañana a las 10.50 aproximadamente (…) Y lo vieron acá a media cuadra de mi domicilio inclusive. Los testigos también están temerosos, y nadie quiere decir nada hasta que se vea que la Justicia actúe”.
“Nos queremos ir de Jardín. La semana que viene lo vamos a hacer. Ya demasiado el miedo que tenemos. Tengo dos hijos varones más y ayer ya por temor no los dejé ir a la casa de un vecino a jugar”, indicó.

Recordó a su hijo menor de la siguiente manera: “Darío era mi compañero todo el tiempo. Hace quince días volvimos de Pinamar los dos, fuimos a visitar a una hija que estaba por tener un bebé. Un mes juntos con Darío estuvimos allá y el todo el tiempo estuvo conmigo”.
Elvira Espínola aseguró a este Diario que “en Jardín ya no se puede vivir con tanta violencia y los niños están expuestos a las drogas y para peor las armas de fuego. Ayer nos adelantaron que Darío tiene marcas en las muñecas de haber estado atado, eso salió en el informe preliminar de autopsia. Es decir que no hubo nada de error humano o manejo de armas o juego. A mi hijo lo golpearon y le dispararon en el pecho, los amigos se salvaron de milagro porque también estuvieron atados y tienen miedo de reconocerlo”.
Manifestó además que en la comisaría uno de los testigos o posibles víctimas también de las intenciones de “Koki” Rodríguez, “cambió de versión sorpresivamente, se desdijo de golpe y negó todo lo que le escuchamos decir un día antes”.
“Hoy a la tarde (por el martes) vino un patrullero a mi casa en barrio San Martín a decirme que están buscando al sospechoso, que me quede tranquila, pero ya no les creo más. Nadie hace nada, somos gente pobre y parece que la vida de un niño como Darío no importara”, expresó.
Darío Morgenstern fue encontrado muerto en el patio trasero de una vivienda de calle Las Flores casi Bella Vista en el barrio Nuevo. El dueño de la casa tiene 27 años y es hermano del presunto autor del homicidio. Aseguró que estaba durmiendo cuando lo despertó el pedido de auxilio, se levantó con sus muletas y halló ya sin signos vitales al menor.
Cuatro adolescentes entre 16 y 18 años y “Koki” de 19 habrían participado de una reunión en una plaza próxima durante la noche del sábado y madrugada del domingo. Entre ellos estaba Darío.