Por estos días y a partir de la imposibilidad de acordar que tienen tanto los empresarios como los trabajadores y los gremios, la crisis por la falta de neumáticos deja fuertes efectos en el país. Así como sucedió y aún sucede con los combustibles, la escasez de productos esenciales para la industria y la producción jaquea las posibilidades de un país cada vez más carente de soluciones.
En el caso de los neumáticos y como consecuencia del conflicto de origen salarial (acaso la principal causa de casi todos los conflictos que implican a los trabajadores) varios sectores ven comprometido su desarrollo y normal funcionamiento. Es el caso del transporte de carga y de pasajeros, el de la producción y venta de automóviles, entre otros, y del cual dependen miles y miles de familias.
Tal y como viene sucediendo desde hace algunos lustros, la crisis de un sector deja fuerte secuela en otro y así sucesivamente. Es por eso que Argentina se fue volviendo un país difícil de sobrellevar cuando de emprender se trata.
Ahora, a partir de una reunión con las tres empresas que producen cubiertas en el país, el Gobierno advirtió que liberará la importación si no se llega a un acuerdo con los sindicatos.
Pero entonces habrá que habilitar una línea especial de dólares para esos fines, dólares que el Gobierno no tiene y busca en todos lados. Así las cosas, ponerle fin a este problema genera otro no menor con efectos nocivos en otros rubros.