Con el objetivo de mostrar una experiencia de dos años sobre la cría de ovinos en yerbales, se presentaron los resultados obtenidos en una finca de Cerro Azul, durante las jornadas técnicas de la 2ª Expo de la Cuenca Ovino Caprina de la Zona Sur de Misiones.
La exposición se realizó para poner en común datos relevantes sobre cómo se podría aumentar el volumen de las majadas en la provincia.
La presentación de la charla técnica estuvo a cargo de Ricardo Maciel, vicepresidente del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) y secretario de la cuenca en representación del Ministerio de Coordinación de Gabinete. A través de la ponencia, Maciel hizo un recorrido por los inicios de la actividad en la provincia con animales destinados a la producción de lana.
La zona sur de Brasil era el sector más cercano para tomar como ejemplo, aunque la cría en el país vecino se realizaba a campo de grandes extensiones y había que adaptar el sistema a pequeñas unidades productivas.
Con algunas experiencias aisladas y sin sistematizar la información, los productores sostuvieron la actividad, incorporaron pasturas y sorgo a los yerbales y lograron un bajo mantenimiento de la plantación. La experiencia sirvió como disparador en la búsqueda de implementar una sistematización de la producción ovina en yerbales de la provincia.
La chacra en la que se tomaron los datos tiene una superficie de 17 hectáreas, con cuatro destinadas a la producción ovina, y está a cargo del ingeniero agrónomo Mariano Fernández. De la superficie destinada a la cría de animales, una hectárea y media es un yerbal en recuperación. Dentro de ese lote se tomó mil metros cuadrados de nuevas plantaciones donde se realizó la experiencia.
Ventajas de combinar ambas actividades productivas
La gran mayoría de los yerbales en la provincia tienen el suelo cubierto por malezas. Por el manejo que realizan los productores, estas malezas comenzaron a desarrollar resistencia y adaptabilidad a los agroquímicos, como el glifosato. También existen suelos degradados en los que proliferan las especies vegetales más resistentes a los tratamientos.
Entre las malezas que desarrollaron resistencia a los herbicidas se encuentran la paja azul, el capín volador y el pasto bandera o colchón.
Según el ingeniero agrónomo, diversificar la producción yerbatera con cría ovina se transforma en una ventaja económica. Entre los beneficios directos mencionó que la oveja mantiene limpio el yerbal y aporta materia orgánica a través de la deposición, lo que a su vez fortalece la planta de yerba mate e impide la caída de hojas.
La experiencia se realizó en un yerbal de baja densidad, con nuevas plantas incorporadas y con mucha luz.
Durante su disertación, Fernández mostró la imposibilidad de aplicar el sistema en plantaciones de alta densidad y en las que tienen a la vista mucho suelo rojo.
En el proceso el ingeniero enumeró las especies de malezas presentes en el lote y las que eran ingeridas por la majada. Entre las más de 30 especies nombradas figuran la paja azul, pato amargo, pasto cuaresma, cebadilla, cadillo, pasto yacaré, sorgo, gramilla, pasto rosado y pasto horqueta. Las únicas excepciones en la alimentación de los animales fueron el mata campo, el míomío (que es tóxico) y el yuá o naranjillo.
Para comparar el manejo de malezas, Fernández mencionó que en 2020 se realizaron tres limpiezas con motoguadaña, más una aplicación de cobertura total con glifosato. En 2022, tras la introducción de la majada, se hizo una limpieza manual selectiva con machete y una aplicación de herbicida por manchoneo, por el yuá. En resumen, de un año al otro se logró una disminución del 90% en tiempo de control de malezas, 99% de ahorro de herbicidas y 100% de ahorro de combustible y equipos.
Una de las consultas más importantes para el productor yerbatero es si el animal se alimenta del yerbal. Sí, las ovejas también comen hoja de yerba, pero en la experiencia que han desarrollado quedó demostrado que no llega a un umbral de daño. En las ocasiones que lo hace es porque no cuenta con otro alimento o porque el yerbal tiene frutas.
Los tiempos, cantidades y temporadas
Durante la experiencia se aplicó un pastoreo rotativo, con diez cabezas en mil metros cuadrados por día o cien cabezas por hectárea por día. La cantidad siempre se evalúa en relación al volumen de forraje disponible en el yerbal. Según los datos obtenidos, en cuatro hectáreas de yerba se puede hacer un manejo sostenible con diez a 15 ovejas de forma rotativa.
Sobre el tiempo de rotación para un mismo lote, el ingeniero señaló que dependerá de la época del año. Si es verano serán 45 o 60 días y si es otoño-primavera serán unos 75 o 90 días. La rotación programada implica que la oveja estará de entre seis y diez días por año en el mismo lote.
Toda la prueba de campo se desarrolló con el yerbal subdividido en lotes con hilo electrificado, fijo o móvil y un bebedero o manguera para acercar el agua al piquete. Esta experiencia demostró que la introducción de ovejas en plantaciones de yerba es una forma de diversificar y mejorar el rendimiento de la chacra.