Organizaciones sociales, civiles, fundaciones, referentes, funcionarios municipales y provinciales que integran la Red AlimenDar, realizaron ayer un encuentro en el Hotel Urbano de esta ciudad para conmemorar el Día internacional de la Concientización de las Pérdidas y Desperdicio de Alimentos.
Se trata de la primera reunión de la flamante Red Misionera para la Reducción de la Pérdida y Desperdicio de Alimentos, conformada por socios estratégicos . Surge con el objetivo de analizar y proponer las políticas públicas y los programas necesarios para identificar, sensibilizar, capacitar y elaborar logística profesional con el fin de prevenir el desperdicio de alimentos. En la ocasión se firmó un convenio que estipula la participación en dicha red.
Al respecto, nutricionista e integrante de la Red AlimenDar Posadas, Florencia Córdoba, manifestó a PRIMERA EDICIÓN que “la idea es fortalecer el trabajo que venimos haciendo con estas organizaciones y comenzar a trabajar en red”.
“En principio lo que queremos hacer es lograr una estadística provincial comprometiendo a las instituciones ya sean del ámbito público, privado o de la sociedad civil en la sensibilización de este tema”, apuntó.
En este sentido, expresó que “todos podemos actuar para prevenir el desperdicio de los alimentos, fortaleciendo los mercados de cercanía, las ferias francas, los supermercados que tenemos, promoviendo observatorios y mapeos”.
“Queremos que todas las instituciones tengan o fortalezcan el compromiso que ya tienen para evitar esto que es un problema a nivel mundial. Hay mucha gente que está pasando inseguridad alimentaria, y hay toneladas y millones de alimentos que se desperdician, anualmente, entonces es ver esas caras de la moneda”, remarcó.
Explicó que los alimentos se pueden aprovechar de distintas formas. “Podemos comenzar en nuestra casa en el día a día, una recomendación es verificar bien la fecha de vencimiento de lo que compramos, no comprar porque está en oferta y después se termina desperdiciando y calcular las porciones justa de lo que se van a cocinar”, asestó.
Comentó que en el caso de los restaurantes, donde ya se involucra al sector privado, se puede “cocinar apropiadamente, planificar qué es lo que voy a comprar y lo que se pone feo en todo caso lo puedo utilizar para recompostar, un ejemplo, es el pan duro con el que puedo hacer budín de pan y empezar a ver esas estrategias”, enfatizó.
Observó que “según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), Argentina está desperdiciando 16 millones de toneladas anuales de lo que produce, eso representa un 12% de la producción agroalimentaria y son principalmente hortalizas”.
“Se estima que son 38 kilos por personas lo que se desperdicia por año”, agregó.
En consecuencia, desde la red buscarán contar con estadísticas provinciales “para saber desde dónde partimos, hacia dónde vamos y si en ese trayecto hay que modificar o corregir algo para ir disminuyendo esos números”, apreció Córdoba.
Y afirmó que el sector en el cual se produce el mayor desperdicio de alimentos es el de la producción y después están los hogares. “Un alimento que se desperdicia mucho es el agua, eso es algo que tenemos que proteger, es un recurso que se está agotando”, advirtió.
El Sello Buen Aprovecho de la Red AlimenDar suma adeptos en Iguazú
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El pasado 14 de septiembre se llevó adelante la presentación del Sello antidesperdicio Buen Aprovecho Puerto Iguazú, desarrollado por Red AlimenDar y Fundación Ecologista Verde, con la colaboración de empresas del sector gastronómico y hotelero de la Ciudad de las Cataratas.
La nutricionista e integrante de la Red AlimenDar, Florencia Córdoba, contó a PRIMERA EDICIÓN que “este sello lo que verifica mediante la auditoría es que se tengan prácticas sustentables que eviten el desperdicio de alimentos”.
“Esto se lanzó hace dos semanas y ya hay hoteles interesados en poder adquirir este sello, que tiene como objetivo prevenir el desperdicio de los alimentos”, explicó.
Cabe destacar que esta iniciativa procura ubicar al destino en el liderazgo a nivel nacional y regional en la implementación de buenas prácticas para eliminar el mal hábito del desperdicio de alimentos en el sector, que representa un impacto altamente negativo desde el punto de vista económico, social y ambiental.
El sello antidesperdicio propone una serie de prácticas óptimas que buscan prevenir el desperdicio de alimentos y reducir la generación de residuos orgánicos en establecimientos gastronómicos y hoteleros.
“Se trabaja desde la cocina, primero con capacitaciones para que comprendan la importancia y de qué manera reducir las pérdidas y después tiene un tiempo de tres meses para implementar distintas acciones”, detalló Córdoba.