La historia de José Oscar Flores parece de película. En el mes de febrero, por un llamado telefónico desde su trabajo, se entera que lo estaban buscando sus hermanos biológicos, de los que nunca antes supo de su existencia. Luego de algunos primeros encuentros para conocerse, además de llamadas e intercambio de mensajes con fotos, este domingo 2 de octubre celebró su cumpleaños 53 con toda la familia.
El inicio del 2022 fue especial en la vida de José, ya que mientras estaba de vacaciones recibe un llamado desde su trabajo (una reconocida cadena de supermercados de Posadas) para decirle que lo estaba buscando su cuñada y su hermano. Ahí comenzó la sorpresa, ya que, hasta ese momento, solamente tenía una hermana que se llama Lidia María Flores.
“De esa manera fue el comienzo, que luego por medio de la tecnología me fui enterando de más cosas. Lo llamé primero a un amigo de la infancia que vive en Entre Ríos y con quien compartimos muchas horas de juego en el barrio, la pelota, bolita mbopa. Héctor, yo te pregunto, vos sabías que soy adoptado? Sí José, lo sabía, pero nunca te conté”, narró sobre la manera en que fue atando los cabos sueltos que rondaban en ese momento.
En su relato tranquilo, José sostiene que nunca se imaginó ni percibió diferencias con su familia adoptiva. “En 52 años nunca supe nada. A través de ellos (sus hermanos) que me encontraron me enteré, que soy también de la familia Miquetán. Ese día (febrero) vino mi hermano a mi casa, él es el mayor de los varones y comenzamos a formar esta unión por medio de la tecnología y comencé a conocerlos, contactarlos a todos”, relató.
La separación
La familia Miquetán, en el año 1969 vivía en la localidad de Panambí. Un día, cuando José tenía 10 meses, su madre biológica Carolina Kasprechen vino a Posadas al hospital a hacerse unos controles.
“De acuerdo a lo que me cuentan mis hermanos, la situación por la que estaban atravesando era muy difícil y yo era el hijo número 16. Nací en Panambí. Y era difícil para criar a todos y mi mamá adoptiva, Rosa, tenía una hija de 13 años y ya no pudo tener más hijos, entonces buscaba un varón. Se vieron en el hospital Carolina y Rosa, luego salieron y me entregó en la plaza de Villa Urquiza, con el compromiso de palabra que se volverían a ver, que se iban a visitar pero no sucedió”, detalló José.
También de acuerdo a los datos que le aportaron sus hermanos, Carolina habría dicho que había dos mujeres a las que podría entregar a José, aunque “eligió a Rosa, porque era de origen ucraniano igual que ella, por lo menos pan casero sabe hacer y no le va a faltar para comer”, recuerdan que ella decía.
En su consuelo por aquella situación, Flores insiste que existió una conexión entre Rosa y Carolina por provenir de las mismas raíces. “Incluso, eso quizás hizo que nunca me de cuenta que era adoptado, era parecido a mi mamá Rosa. Y a pesar de que se habían prometido ver cada mes, eso nunca pasó.
Siempre vivimos en este lugar, en la Chacra 101 de Posadas y mi papá Armín Flores, le dijo a mi hermana, a los vecinos y a todos, que él me quería mucho, que no me quería perder y que por eso nunca me tenían que decir nada. Y nunca me dijeron, para no lastimarlo a él y quizás para que yo nunca me vaya, pero nunca sentí ninguna diferencia o que no era mi familia, ni siquiera sospeché”, aseguró.
Búsqueda permanente
La pareja de Carolina Kasprechen y Demetrio Miquetán tuvo 16 hijos, de los cuales siguen vivos 10, Máximo, Pablo, Raúl, Ana, Teresa, Julia, Olga, Delia, Nazarena y José.
Ahora, con motivo de su cumpleaños, está de visita en Posadas su hermana de Catamarca, Ana, quien contó que su vida fue muy difícil, que tuvieron que atravesar por momentos de mucha miseria y maltrato.
Ella con tan sólo 11 años ya tuvo que salir a trabajar para ayudar a su mamá, “que con mucho esfuerzo trató de sacarnos adelante a todos. Y ella nunca dejó de pensar en José, siempre lo buscó pero no tenía muchos datos de dónde vivían ni si se fueron a otra localidad o provincia”.
Incluso relató Ana que su madre recibía algunos datos y se lanzaba a buscarlo. “Hasta que murió insistía en que lo busquemos e hizo prometer a mi cuñada que lo tenían que encontrar y lo encontramos”, sostuvo emocionada.
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