Con un pedido de nulidad, comenzó ayer el juicio oral y público contra Cristian “La Roca” Braganza (32) y Dante Bergese (31), por un robo millonario ocurrido el 9 de marzo de 2020 a una pareja que se dirigía a realizar un depósito bancario. Uno de los testigos complicó al primero de ellos y el defensor pidió la detención inmediata por haber falseado su declaración.
Entre las siete testimoniales que se escucharon ayer en la sala de debate del Tribunal Penal de Oberá, la que puede haber sido la más relevante fue la del remisero Maximiliano Javier Da Rosa. En su declaración ante los magistrados Francisco Aguirre, José Pablo Rivero y Jorge Erasmo Villalba, manifestó que lo conocía Braganza, y a Bergese solamente de vista.
Contó que había hablado con “La Roca” y este le había contado lo sucedido y que muchos se adjudicaban el robo pero esto no era así. La fiscal Estela Salguero le recordó que cuando él declaró en la etapa de instrucción, mencionó que Braganza le contó quienes habían sido los del robo. Entonces el remisero recordó que Braganza le dijo que no era mucha plata y menos para dividirse entre cuatro personas.
Como parecía no recordar lo que había declarado anteriormente, el secretario del Tribunal leyó en voz alta lo que expresó en aquella oportunidad ante la Justicia. Se escuchó en la sala que Braganza (junto a Bergese y otros dos), le reconoció haber sido el autor del robo y que abandonaron el auto con el que escaparon. Luego, en su BMW Braganza pasó por el Pago fácil a ver qué sucedía.
“Ellos siempre buscaban plata fácil, alguna changa para hacer, porque sabían que yo en el 2016 caí preso porque me agarraron con un auto trucho. Ellos son una banda grande, pero ahí el que piensa es Cristian Braganza. Un día lo llevé a su casa de calle Yerbal Viejo y se puso nervioso cuando vio a un patrullero y a dos policías caminando. No quiso que le dejara enfrente”, manifestó en su declaración.
Ante esto, el defensor Matías Ochoteco Rousseau, le pidió que aclarara si Braganza le dijo que fueron ellos. Da Rosa manifestó “me dijo que muchos se adjudican el hecho”, sin dar nombres. Lo que siguió fue un careo entre Cristian Braganza y Maximiliano Da Rosa.
El defensor pidió que detengan al testigo de forma inmediata por haber cometido falso testimonio agravado. La fiscal Salguero se opuso y sostuvo que no hubo tal falso testimonio puesto que declaró en sede policial y ratificó esos mismos dichos ante la Justicia. Se opuso a su detención. El Tribunal lo resolverá cuando dicte sentencia.
Hablaron los acusados
Dante Bergese dijo que el día que ocurrió el hecho estaba en Posadas trabajando y que su empleador declaró en la causa y eso quedó corroborado.
Subrayó no haber cometido el hecho que se le imputa, ni por qué la investigación lo involucró a él, si estaba a 100 kilómetros de distancia. Señaló que conocía a Braganza porque entrenaba en su gimnasio y llegó a compartir asados en la casa de él.
Por su parte, Cristian Braganza remarcó: “Sostengo mi total inocencia, nunca debí haber estado tras la rejas. Nunca pertenecí, pertenezco ni perteneceré a este mundo”.
“Escuché lo que se leyó del expediente en mi contra, llegué a esta instancia no a través de hechos concretos, sino por los ‘dice qué'”.
“Me detuvieron el 13 de agosto de 2020 por una causa (asalto a pareja de jubilados) y dos meses después me sacaron de la comisaría a la noche para notificarme de la acusación por lo del Pago fácil”, se quejó.
Contó que cerró su gimnasio en 2018, porque no iba poder ocuparse debido a que su hija tenía un problema de salud y debía viajar a Posadas e inclusive acompañarla al hospital Garrahan. Esto motivó la necesidad de dinero, la cual cubrieron con bonos solidarios y eventos a beneficio de la pequeña, “algo que en su momento fue público”.
Lo reabrió en 2019 y en marzo de 2020 llegó la pandemia. “Vi que la situación no venía nada bien y menos para sustentar un gimnasio monstruoso porque no se sabía cuando iba terminar la cuarentena”.
La audiencia pasó a cuarto intermedio para el miércoles próximo, donde se aguarda el testimonio de una de las víctimas.
El asalto en pleno mediodía
El 9 de marzo de 2020 en un local ubicado en la esquina de Córdoba y Wilde de Oberá. Apenas unos minutos después de las 12, en el comercio estaban dos empleados y los dueños se dispusieron a juntar la recaudación para depositarla en el banco. Ambos salieron y cuando se dirigían hacia su vehículo se detuvo un Volkswagen Bora negro muy cerca de ellos del que descendieron dos personas.
Estaban con los rostros cubiertos con pasamontañas. Ambos eran altos. Inmediatamente se abalanzaron sobre sus víctimas para apoderarse del bolso. Forcejearon con el hombre.
Ante la reacción uno de los malvivientes le apuntó a la cabeza a la mujer la tiró al piso y la pateó, mientras el cómplice extrajo un cuchillo y le efectuó un corte en el brazo al hombre para que soltara el dinero. Escaparon en un Bora al que abandonaron a cuatro cuadras.