Este 29 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Ataque Cerebrovascular (ACV), momento clave para prevenir el riesgo que existe en la sociedad. En todo el mundo, se posiciona en cuarto lugar entre las causas de muerte. A nivel nacional, registran un ACV cada 9 minutos y por año los casos son alrededor de 126 mil, de los cuales 18 mil terminan en muerte. En Misiones, este año comenzó a aplicarse un medicamento preventivo, un trombolítico, que logró excelentes resultados.
El jefe de Neurología del Hospital Ramón Madariaga, Hugo Solís, contó a PRIMERA EDICIÓN que es fundamental la atención inmediata ante la posibilidad de un ACV: “La sangre no fluye y hay áreas del cerebro que van a quedar sin la irrigación que necesitan. Eso nos da un tiempo, porque si se perpetúa las neuronas van a ir muriendo y, dependiendo de la localización, va a generar una debilidad en la mitad del cuerpo derecho, izquierdo, una inestabilidad o trastornos visuales”.
Para el tratamiento del ACV isquémico, “empezamos a utilizar este año la terapia de reperfusión, es decir, se utiliza una enzima que degrada el trombo. Lo hemos hecho con notable éxito y con una recuperación impresionante en los pacientes”, añadió. Solís remarcó que “desde que el paciente comienza con los síntomas, tenemos cuatro horas y media de tiempo para aplicar esta sustancia”.
Las señales de alerta
En el Madariaga, indicó que “tenemos un promedio de ACV isquémico de unos 15 por mes”. El neurólogo señaló que es una patología bastante frecuente y puntualmente el isquémico “representa cerca del 85% de los casos de ACV”, en comparación a los que son hemorrágicos.
En cuanto a las edades, “a medida que la persona va creciendo, la estadística es más alta. No obstante, ahora también tenemos personas de 30 años con ACV”.
Entre los síntomas, detalló que “la señal más típica es cuando de golpe no puede hablar o no logra articular bien y ni hablar si se acompaña de la debilidad del brazo y pierna”.
En estos casos, indicó que “estamos obligados a pensar que está teniendo un ACV y se necesita acudir al Hospital Madariaga para no perder ni un minuto de tiempo. Otro síntoma puede ser la inestabilidad, alguien que estaba bien y de golpe pierde el equilibrio. Después tenemos otros signos más complicados a relacionarse con ACV, como el no ver un campo visual, derecho o izquierdo”. Sin embargo, “en el 80% de los casos, el paciente va a tener una debilidad en un lado del cuerpo, derecho o izquierdo”.
Hipertensión, el principal enemigo
Hugo Solís explicó además que entre los principales factores “la hipertensión arterial es el principal enemigo”. A esto se suma, “la obesidad, diabetes y sedentarismo”. Desde el punto de vista médico, “los factores de riesgo del corazón son los mismos que para el cerebro. Entonces, deberíamos alentar la actividad física, bajar el estrés y cuidarnos con las comidas”.
Sobre las secuelas, compartió que “las notamos al ver al paciente, si se encuentra severo, es probable que tenga una secuela importante. Por tanto, es importante actuar rápido y activar el código de ACV para tratar utilizar la enzima”. En su experiencia en el Madariaga “hemos tenido pacientes donde se han podido revertir el 100% de los síntomas, cuando no podía mover el hemicuerpo entero”.
La importancia del tratamiento integral
En comunicación con PRIMERA EDICIÓN el kinesiólogo Carlos Delpiano explicó también la importancia de contar con un tratamiento que cuente con un enfoque más amplio en el abordaje del ACV. Destacó la influencia de las neurociencias, la medicina china y los estudios en mindfulness para una recuperación integral del paciente, tanto a nivel corporal como anímico.
En su formación, recordó que “aprendimos a tratar los accidentes cerebrovasculares desde el punto de vista motor, corporal, cuando la lesión se encuentra en el cerebro”. Desde la neurociencia compartió que “el cuerpo es un todo y va unido a la mente. Entonces, empecé a buscar cómo se podría cambiar la rehabilitación en ACV. Conocí así el mindfulness, que es una forma de meditación utilizada en el mundo entero, fundamentalmente en Europa y EEUU”.
Estado emocional
Durante la primera consulta, “vienen con sus familiares muy afligidos psicológica y emocionalmente”, relató y para aplicar una terapia integral, indicó que la experiencia inicia “con meditar unos pocos minutos, para ponerlos en condición plena y comenzar a atender el cuerpo”.
Delpiano señaló que “se necesita hablar mucho, pensar y comprender, para poder luego mover físicamente”. Aseguró que con este enfoque “los resultados en los pacientes fueron hermosos”. En este cambio, más holístico, señaló que “el primer paso es una aceptación y si logramos hacer eso, tenemos la posibilidad de empezar a trabajar. En caso contrario, la mente se aturde, porque nadie está preparado para pasar por esta situación, por eso es un accidente”.
En comparación, indicó que es notable “como algunos se pueden recuperar más rápido que otros por su estado anímico, por lo que piensan y sienten. Es aquí donde la mente está presente”. En contrapartida, “están aquellos que se quiebran, pierden el ánimo, se deprimen con la vida y en estos casos cuesta mucho la recuperación”, agregó.
El kinesiólogo señaló que en cada persona que sufre un ACV, el tratamiento será específico: “Las lesiones no son siempre en el mismo lugar, con sus respectivas relaciones para poder hacer la rehabilitación. A eso, se suma el estado emocional de la persona”.
En la sociedad actual, Delpiano lamentó que “un montón de patologías son consecuencia del distrés.En lo cotidiano, no somos conscientes de que todos los días consumimos un estrés, que se mantiene en el tiempo”. En una respuesta involuntaria ante un posible riesgo, “corporalmente nos pasan varias cosas y están relacionadas con otras enfermedades”, añadió.