A medida que avanzamos en nuestro viaje de vida, enfrentamos diferentes dificultades. Dificultades como lo son las eventuales recesiones económicas que nos afectan. Y a propósito de esta realidad, hoy me gustaría compartir con ustedes algunas lecciones que las recesiones me han enseñado, a medida que he ido construyendo mis negocios.
La primera: en lugar de preocuparte por todo lo que está sucediendo en este momento, establece algunas metas a largo plazo.
Cuando comencé mi primer negocio de reparación de celulares, no tenía ni idea de lo que era una recesión económica, pero ¿sabes qué? Esto terminó jugando a mi favor. No permitir que lo que está sucediendo a tu alrededor te desvíe y te conduzca al más bajo nivel de pensamiento negativo, porque eso no te hará ningún bien. Créeme.
La segunda lección que aprendí es: mantente enfocado en lo que sabes y haces mejor, y trata de maximizar el valor que ya aportas al mercado. Probablemente no sea el mejor momento para experimentar con algo nuevo. Te sugiero que te centres en tus fortalezas y en el valor que ya aportas a la mesa, y lo maximices. Cuanto más proporciones valor y maximices el valor que proporcionas, más tiempo se quedarán los clientes y más probable es que los nuevos clientes encuentren una necesidad de tu servicio. Si les estás proporcionando ese valor, es mucho menos probable que dejen de hacer negocios contigo.
La lección tres es: mantente en contacto con tus clientes. Y no siempre lo hagas sobre lo que estás vendiendo. Desarrolla las relaciones y conexiones. En lugar de tratar de venderle algo a alguien, pregúntale en qué puedes ayudarlo. Nunca se sabe a quién conoce otra persona o quién puede necesitar tu servicio. Dicen que estamos a sólo seis conexiones sociales de distancia de todos en el mundo. ¡Eso debería hacerte emocionar y estar listo para salir y comenzar a establecer contactos!
(Por Gerson Calderón)