El mundo vive un sinfín de situaciones de violencia como consecuencia de la guerra en Europa, violencia poselectoral en Brasil, protestas sociales en varios países de América Latina lo que nos llama a reflexionar, para encontrar caminos de diálogo; necesario para recuperar la paz social en estos tiempos.
En medio de tantas situaciones de violencias, la visita de nuestro querido Papa Francisco a Bahréin para participar en la clausura del Foro para el Diálogo, es una oportunidad para que juntos podamos reflexionar sobre el valor de la convivencia humana desde la paz.
El mensaje del Papa Francisco, nos anima a buscar caminos de convivencia pacífica, para tantas situaciones de violencia que cada vez más, perturban la paz social. Más allá de nuestras diferencias culturales y étnicas, en este mundo globalizado compartimos la realidad del empobrecimiento de los pueblos, hambre, desocupación, crisis alimentaria, impactos del cambio climático etc… que nos debe interpelar y unir, para lograr mejorar la vida de todos los seres humanos.
Frente a este nuevo y desafiante escenario, el Papa Francisco, nos invita a unirnos en tres pasos fundamentales para lograr una convivencia armónica como sociedad: la oración, la educación y la acción.
La oración transforma el corazón del ser humano. Necesitamos un verdadero “cambio de hábitos, estilos de vida” y formas de ver las realidades del mundo como una unidad. La gracia de la fe, nos permite salir más allá de los intereses mezquinos, de la economía y la política que aleja al ser humano de su hermano, para ponerlo a Dios que es Padre de todos: todas las familias, pueblos y naciones. Cuando el corazón del ser humano se conecte con Dios en oración, seremos capaces de caminar con los otros en el mundo, con respecto, amor y fraternidad, con la mirada puesta en el cielo.
En medio de tantas situaciones de intereses desencontrados necesitamos la fuerza de Dios para transformar el mundo. Con la ayuda de Dios podremos superar toda división que va quitando la paz social. (cf. Fratelli tutti 166).
La segunda clave que el Papa Francisco nos recuerda, es la educación que permite “el desarrollo de hábitos solidarios, la capacidad de pensar la vida humana más integralmente y la hondura espiritual, que hacen falta para dar calidad a las relaciones humanas, de tal modo que sea la misma sociedad la que reaccione ante sus inequidades, sus desviaciones, los abusos de los poderes económicos, tecnológicos, políticos o mediáticos.” (Fratelli tutti 167) Toda educación comienza en el seno de la familia y se va extendiendo en los años de escolaridad que son espacios claves para la formación integral de la persona.
Y el tercer desafío es la acción, que nos invita a poner todos los esfuerzos personales y comunitarios para lograr un clima de paz dentro de nuestro hogar, nuestra comunidad y que se extenderá al mundo entero. Necesitamos superar los ventajismos del momento que muchas veces tergiversan las verdades, para lograr mayor difusión, alcanzar objetivos personales sembrando semillas de no violencia y división. Necesitamos unirnos en pos de un mundo que apueste a la convivencia sana y pacífica, responsabilidad que compete a cada uno de nosotros y que debemos hacerlo todos los días.
Que Dios ilumine nuestros pasos y juntos podamos construir un mundo más fraterno y humano para nuestras futuras generaciones.