¿Son importantes la estética y la belleza para mejorar la autoestima? Algunas personas piensan que estas cuestiones no deberían estar relacionadas, pero lo cierto es que en la mayoría de los casos el aspecto físico influye en la valoración que se tiene de uno mismo.
En la sociedad actual tener una buena imagen no suele ser una opción. Es cierto que el concepto de belleza es muy subjetivo, pero gustarte a ti mismo es importante. De hecho, si le gustas a todo el mundo y tú no te ves bien, tu autoestima podría verse afectada.
Además, para acceder a un gran número de puestos de trabajos tienes que contar con una imagen cuidada, que incluso se llega a relacionar con tu capacidad para desarrollar ese puesto. No se trata solo de belleza sino de que la imagen que proyectas sea la que están buscando. Por no hablar de la juventud que, para muchos se ha convertido en una cualidad más que en una característica momentánea del individuo.
Un factor que influyó en este asunto es el auge de las redes sociales. Aunque no siempre es así, un gran número de influencers muestra una imagen idílica de su vida, donde la belleza está presente a todos los niveles. Su propio trabajo lleva a que se beneficien de infinidad de tratamientos estéticos sin tener que pagar nada por ellos e incluso cobrando por recibirlos.
Algo que sucede también cuando hablamos de su vestuario. Todo genera frustración en algunos de sus seguidores y llega a afectar su autoestima.
Aun con los altos niveles de exigencia de la sociedad, al final la percepción que tienes de ti mismo influye en lo que trasmites a los demás. Por eso, cada vez son más las personas que confían en la cirugía estética para mejorar su autoestima.
¿Cómo saber si tienes la autoestima baja?
Detrás de una baja autoestima se esconden muchas razones, no solo la imagen, aunque en muchos casos es un factor determinante. Estos son algunos síntomas que suele presentar la persona que tiene este problema:
• Falta de seguridad en ti mismo.
• Buscas la aprobación de otros.
• Piensas que no mereces las cosas buenas que te pasan.
• Temes expresar tu opinión.
• Estás convencido de que los demás son superiores.
• Te culpas de los fracasos.
• Sientes que tus logros son casuales.
• Tienes miedo a fracasar.
• Crees que todo se puede hacer mejor.
• No eres feliz. Arrastras sentimiento de culpa constante.
• Te cuesta tomar decisiones.
• Te centras en tus defectos, a veces imaginarios, y no en tus cualidades.
• Te sientes poco atractivo.