43 años en el rubro certifican la calidad del servicio en Cerrajería Integral “Betos”. En un primer momento, atendida por su iniciador, Alberto Ángel Bohn, a quien, con los años, se sumaron su hijo Ricardo y su nieto Lautaro.
“Lo primero que hice fue cerrajería domiciliaria, con el tiempo, fuimos anexando la parte del automóvil, y allá por 1995, comenzamos a prepararnos para lo que se está viviendo, que es la parte de cerrajería con llaves electrónicas, que es como se lo conoce ahora”, manifestó Alberto, que tuvo un local sobre avenida Uruguay y San Juan y, luego, sobre Rademacher.
Contó que “como me interesaba, leía artículos sobre lo que estaba ocurriendo en Europa, que dio el puntapié inicial en la línea Ford con las llaves Tibet, que se parecen a un clavo. Teníamos que prepararnos y comprar herramientas. Las conseguimos, y comenzamos a incursionar en todo eso, sin descuidar la lectura”.
Fueron a recibir instrucción a la Cámara de Cerrajerías de Buenos Aires (CACEBA), una institución sin fines de lucro, a la que Bohn estaba asociado, pero dejó de pertenecer debido a la distancia.
“Ricardo hizo cursos en Buenos Aires y se fue preparando para esto. A su vez, fuimos comprando herramientas, especialmente la línea de software para poder cumplir con la tarea y comenzar a solucionar los problemas que comenzaron a existir. Hoy es más normal, es a nivel mundial, las comunicaciones son muy distintas”, agregó el empresario, que nació en el municipio de Olegario Víctor Andrade.
Actualmente, “hacemos cerrajería del automóvil y bancaria, dejamos de hacer la domiciliaria. Somos uno de los primeros en el rubro y estamos a la vanguardia. Hay colegas que se están preparando, nos consultan, les brindamos información y nos ayudamos entre todos”.
La preocupación del momento es la provisión de los insumos para poder solucionar el problema al cliente. “En algunos casos es complicado conseguirlos, más aún con el cierre de las importaciones lleva a que tengamos algunos inconvenientes con importantes marcas del mercado”.
Ricardo empezó desde chico, yendo al negocio a contar llaves y a hacer stock en la temporada de verano.
“Papá me empezó a enseñar un oficio, me empecé a involucrar hasta que me metí de lleno. Hoy por hoy la tecnología ayuda mucho. Gracias a las vías de comunicación y a los cursos presenciales hechos en Buenos Aires, pudimos crear un vínculo con colegas y conformar un grupo de Whatsapp mediante el que estamos conectados. En todos lados se produce una falla en particular, respecto a un problema en un vehículo, y si alguien ya lo solucionó, te lo transmite. Es como un salvavidas. Gracias a ese intercambio de ideas podés dar al cliente una solución en el mismo día”, agregó.
¿Por qué se celebra el Día del Cerrajero?
El 13 de noviembre se conmemora en Argentina el Día del Cerrajero, recordando la creación de la Cámara Unión de Cerrajeros de Mar del Plata. El evento surgió en 1943 a través del reclamo colectivo por el pago de los servicios prestados por Andrés Crotti a un hotel. Debido a la presión, el propietario debió efectuar el abono. Con el dinero se llevó adelante una cena de todos los cerrajeros de la ciudad que dio origen a la cámara.
En la década del 40, el turismo no era una actividad de importancia, y muchos hoteles de entonces abrían sus puertas únicamente en temporada. Pero en un lugar donde en el ambiente existen grandes cantidades de yodo y sal, es necesario hacer un mantenimiento general de cerraduras, pestillos, ya que el ácido traba todos los mecanismos de cierre, sobre todo cuando no tienen uso. Un hotelero contrató a Crotti para poner su hotel en condiciones y al terminar la tarea y querer cobrar, le dijo: “Venga dentro de un mes”. Al regresar, el lugar estaba cerrado. Al año próximo, el mismo empresario quiso contratarlo nuevamente, pero éste le reclamó la deuda. Ante la negativa, Crotti alertó sobre la situación a todos sus colegas. Al no haber alternativas, decidió realizar el desembolso, que derivó en la cena.