Feriantes de Puerto Rico y sus alrededores recuperaron un entorno muy apreciado por ellos para vender sus productos al público, por tratarse de un lugar muy concurrido por los clientes.
La recuperación del espacio tuvo lugar después de tres años de cierre, primero porque el municipio pretendió trasladar los puestos en cercanías del Mercado Concentrador y después porque la pandemia dio el golpe definitivo para bajar las cortinas a partir del distanciamiento social impuesto por las restricciones para evitar la propagación del COVID-19.
Sin embargo, después de 36 meses, nada fáciles por cierto, la lucha popular para recuperar la feria dio resultado y finalmente los pequeños colonos lograron un permiso municipal para comercializar sus productos en el playón de una iglesia católica muy concurrida en el pueblo.
“Contamos con una mesa de comercialización que es la que organiza Tierra que anda y en la que participan todos los productores. De ahí salen las decisiones de cuando feriar y se encarga de gestionar los permisos al municipio por el espacio, algo que no nos habían dado hasta ahora, después de tres años”, contó a Eco&Agro Karen Albuja, quien está en esa tarea junto a su esposo Pablo Baumgratz.
“La mesa de comercialización cuenta con instalaciones propias, pero cada mes tenemos que solicitar el permiso a la Municipalidad”, amplió la productora.
Albuja reseñó que la tarea que ellos impulsan no es nueva, ya que tuvo una vigencia de 15 años antes del cierre. “Nos enviaron a todos al Mercado Concentrador en su momento, pero muchos feriantes dejaron de ir porque no era nada fácil llegar hasta allá y para colmo tampoco era fácil para los clientes. Ahora que estamos en un lugar más estratégico nos proponemos recuperar nuestros niveles de ventas”, se entusiasmó la mujer.
Los trabajadores de la tierra abren la feria el primer sábado de cada mes. La primera edición arrancó el 15 de octubre porque coincidía con el Día de la Mujer Rural y luego se volvieron a reencontrar el sábado 7 de noviembre.
Venden de todo: frutas, verduras, artesanías, panificados algunas carnes, plantas, productos envasados, chacinados, embutidos, lácteos y huevos.
“Por suerte se vende bien, estamos tratando de recuperar la clientela ahora que estamos empezando de vuelta, siempre sujetos a la autorización del municipio”, acotó Albuja.
Otra feria en Posadas
La capital misionera también arrancó el mes con un espacio más para la comercialización de la economía social que funciona en la plaza Carlos Madelaire de la Chacra 54, situada en Avenida Andresito, entre Jorge Newbery y Ávila, una cuadra antes de llegar a Lavalle.
Todos los primeros y terceros viernes del mes, cinco productores primarios junto a diez artesanos atienden al público de 7 a 13.
“Estos mercados impulsados por los mercados solidarios que funcionan en Posadas se han convertido en una política pública que se ha instalado positivamente en nuestra ciudad y cuya respuesta, por parte de la ciudadanía, es muy positiva”, expresó el director de Producción y Ferias Francas, Ramón Montórfano.