Días atrás, con bombos y platillos Servicios Urbanos SA anunció a través de sus redes sociales la incorporación de nuevas unidades para el Sistema Integrado de Transporte que maneja casi en su totalidad el denominado Grupo Z. Sin embargo, la publicación generó sorpresa e indignación en los consumidores al descubrir que el servicio para los nuevos colectivos descarta la posibilidad de pagar el pasaje con la tarjeta del SUBE Misionero.
“En nuestras redes sociales, se encuentran disponibles los códigos para descargar la APP y las indicaciones de uso. Con esta nueva alternativa, los usuarios pueden autogestionar la recarga de crédito desde su celular”, intentaron explicar desde la cuenta de Facebook, espacio donde además limitaron la posibilidad de recibir consultas o comentarios, luego que la mayoría de las últimas publicaciones despertaron principalmente rechazo y cuestionamientos por parte de los consumidores.
Así, la todavía poco utilizada herramienta, que se esperaba sea sumada como una opción más, en la práctica pasa a ser de uso “exclusivo” en las nuevas unidades a partir de la movida empresarial.
Pero para no perder la oportunidad de cobrar el precio más caro, las nuevas unidades, además del pago con código QR, recibirán el abono en efectivo (que actualmente es de $70 por cada boleto único; $20 más elevado que con el uso del plástico). Entonces, en este sistema solamente quedó fuera la posibilidad de utilizar la SUBE misionera para viajar.
“En la práctica no se ve que sirva”
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Luis Gilardoni, presidente del Movimiento Acción Vecinal, remarcó que “esto sigue siendo lo mismo de siempre, venden propaganda sobre algo que en la práctica no se ve que realmente sirva”.
“Porque nadie está utilizando ese sistema, primero por lo engorroso que es descargar y utilizar la aplicación, y segundo porque nadie quiere estar dependiendo nuevamente de la máquina para bajar del colectivo”, cuestionó y recordó que “en las terminales de transferencia es donde más se aglomera toda la gente para subir o bajar de los colectivos. Es un desastre porque por el apuro de no perder otro colectivo, todos atropellan para bajarse y no hay tiempo como para que cada pasajero nuevamente esté haciendo esos pasos con el código QR”.
En ese sentido opinó que “lo ideal sería que el pago del viaje sea en un solo paso, pero ahora ellos (por el Grupo Z) quieren llevar otra cosa más compleja a la práctica”.
Quejas que se extienden
Entre las quejas permanentes de parte de los usuarios se resalta la falta de refugios en las paradas, debido a que los usuarios deben esperar en la lluvia o el sol en muchos barrios.
Falta de frecuencias o modificaciones sorpresivas de los recorridos, teniendo en cuenta que los feriados, fines de semana y horarios pico la gente viaja amontonada como ganado y muchos pierden los colectivos debido a que cruzan cargados al tope y no pueden subir más pasajeros. Eso causa demoras, incomodidades y problemas.
La nula ampliación de recorridos, ya que los barrios más alejados y los nuevos padecen permanentemente la indiferencia al pedido de sumar nuevas líneas. Nemesio Parma, Itaembé Guazú, la zona sur del Autódromo y los municipios de Garupá y Candelaria tienen permanentes problemas de este tipo que no son escuchados por la empresa.
Gilardoni planteó “con respecto a las unidades adaptadas” que “prácticamente no se ven. Los colectivos tienen lugar en el medio para que ahí vayan las sillas de ruedas, pero para subir o bajar solamente hay escaleras, no tienen elevadores para alzar una silla de ruedas. Está el espacio físico donde van las sillas de ruedas pero no hay cómo subir sin poder evitar los escalones”.
“En general las unidades que van a los barrios periféricos no están en buenas condiciones, en muchas entra agua, otras no pueden abrirse las ventanillas. Los reclamos de la gente sobre el servicio siguen estando”, apuntó.
Escapando a la SUBE nacional
A principio de este año se reveló que Misiones perdió millones de pesos en los últimos años porque algunas empresas, como el Grupo Z, no instrumentan la tarjeta SUBE nacional.
La Nación otorgó subsidios a provincias por dos vías: una para equilibrar costos y otra para beneficiar a los usuarios, pero Misiones recibió sólo el primer concepto y perdió millones del segundo, que solamente se destinó a las ciudades con SUBE nacional. Por ello, a la provincia solamente llegó el Fondo Compensador para el interior, pero no así los beneficios por el concepto “Atributo Social”, debido a la presión del Grupo Z para utilizar únicamente el plástico provincial, denominado SUBE misionero, del cual además manejan todos los datos y se hace un autocontrol sobre la cantidad de pasajes vendidos.
Sobre esto Gilardoni planteó que “el Gobierno o la Dirección de Transporte está permitiendo que la empresa siga operando sin la SUBE nacional, porque al estar vigente la SUBE nacional esto ya debería haberse implementado hace años para beneficiar también a los misioneros”.
“Acá le siguen dando vueltas, recurriendo a excusas, para implementar sistemas donde ellos mismos se controlan, ellos son los que manejan el SUBE (misionero), o ahora buscan esto del código QR. Siguen dando vueltas para no poner la SUBE nacional”, afirmó.
Al mismo tiempo remarcó que “hay muchos problemas para aumentar los puntos de recarga de la SUBE misionera. Dicen que no están llegando las máquinas para que el cliente pueda recargar su tarjeta. Supuestamente hay lista de espera de los comercios que piden funcionar como punto de recarga, pero no traen las máquinas, y eso genera muchos problemas para el pasajero que tiene que recorrer mucho cuando se necesita tener la tarjeta cargada”.