Cuando quedan pocas semanas para que le digamos adiós al año 2022, es normal que tengamos emociones encontradas ante lo logrado hasta este momento y lo que nos gustaría manifestar en nuestro futuro.
Tal y como plantearon en su momento los esposos Esther y Jerry Hicks en el libro Pide y se te dará una de las maneras más poderosas de manifestar nuestro destino es apelando a la visualización y al trabajo consciente, con método, para alcanzar nuestras metas.
No obstante, las estadísticas son lapidarias: Según la revista Forbes (México) apenas el 8% de las personas alcanzan las metas que se trazan a comienzo de año.
El autosabotaje, el apego a la zona de confort y los miedos de toda índole, forman parte de esas razones que nos anclan a un pasado que no nos representa y que nos impide lograr nuestros más preciados anhelos.
No es suficiente soñar, visualizar y hacer mapas del deseo si no tienes un plan de acción detallado que te indique los pasos a seguir para mantenerte en el camino del éxito. En esta oportunidad, te dejo tres recomendaciones perfectamente aplicables para que te vayas preparando para el mejor año de tu existencia:
En primer lugar, verifica tu intención de cambio. La idea es que puedas validar que el propósito por el que te estás planteando esa meta es genuino y auténtico.
Más que querer complacer a otros, es imprescindible aquí entender que tú eres la persona más importante.
¿Realmente quieres lo que dices que quieres? Aunque suene a trabalenguas, responder a esta pregunta es vital.
En segundo lugar: menos es más. A veces queremos implementar todo tipo de cambios al mismo tiempo y eso no es humanamente posible. Esta es la ruta más segura a la frustración. Enfócate en una o máximo dos metas por cada trimestre del año. Es más que suficiente.
Y, en tercer lugar: ¡busca apoyo! Estudios demuestran que quienes comparten sus metas con otros aumentan su nivel de cumplimiento hasta en un 80%.