La tercera jornada del juicio oral y público por el femicidio de Marina Da Silva -ocurrido en Nemesio Parma y a pocos días de cumplirse nueve años– fue intensa de calor y de confusiones, pero también del llamativo vocabulario para interrogar a una testigo mostrado por la abogada de uno de los tres acusados.
De los seis relatos testimoniales que ayer se desplegaron ante los jueces César Antonio Yaya, Gregorio Augusto Busse y Viviana Gladis Cukla, uno de ellos se destacó en cuanto al crimen que se intenta esclarecer.
Resultó el de Rafael Carlos Machado (51), quien se barajaba como primer testigo de la jornada pero que por una confusión filiatoria del Tribunal fue llamado su hermano mellizo Carlos Rafael Machado a responder.

Luego que juró ante el presidente César Yaya que no iba a mentir, el fiscal Vladimir Glinka comenzó a preguntarle sobre lo que recordaba del sábado 21 de diciembre de 2013, último día vista con vida de Marina Da Silva. Carlos Machado afirmó que vio pasar con la moto a Franco Ramos y Marina Da Silva por el camino que conduce al destacamento de Prefectura de Nemesio Parma entre las 14 y 15 aproximadamente. Pero también sostuvo: “Yo no vi que esa chica se bajó de la moto porque se enganchó un alambre, eso no declaré yo, eso dijo mi hermano mellizo que recién se fue porque los policías de la guardia le dijeron que no podía permanecer acá (edificio del tribunal)”.
En ese instante, los camaristas, fiscal y abogados defensores chequearon las identidades, principalmente los números de documento y notaron que el de Rafael Carlos Machado finalizaba en 502 y el de Carlos Rafael Machado en 503.
“Mi hermano debe estar en la parada de colectivo para volver a Parma calculo, yo no tengo celular y él tampoco”, agregó el testigo antes de ser desafectado y cuando se intentaba hallar una rápida alternativa y que el testigo pretendido regrese a la sala de audiencias de calle San Martín casi 25 de Mayo lo más rápido posible y se solucione el particular incidente.
Mientras policías y empleados del Tribunal lo buscaban, el debate continuó con el segundo testigo, una vecina de Marina Da Silva que le vendía perfume y maquillajes de cartilla. Resaltó que el sábado 21 de diciembre fue a la casa de Marina y Ramos a intentar cobrar un producto pero fue el ahora acusado y sus familiares quienes le aseguraron que la joven no estaba. También manifestó que regresó una semana después y le dijeron que se había ido, que desapareció.
También una mujer fue la tercera testigo y se presentó como “amiga de Marina”. Declaró que las peleas o situaciones de violencia entre Franco Ramos y la joven correspondían a que “discutían o se judeaban en broma nomás” y que el acusado era “callado y tranquilo”.
La defensora de Juan Portal, acusado junto a Ramos y Alejandro Daniel Da Silva del femicidio, utilizó términos llamativos para preguntarle a la testigo sobre la vida privada de Ramos y víctima fatal: “¿Cuándo te enteraste que Marina le metía la guampa, te contó ella?”
La respuesta, enmarcada por la sorpresa de todas las partes en el recinto ante el vocabulario de la abogada, fue afirmativa.
El mellizo fue hallado
Con remera sin mangas y transpirado por la temperatura, minutos antes de las 11, ingresó el hermano mellizo a la sala y pudo responder preguntas, principalmente si vio a Ramos y a Marina en la motocicleta en la zona donde fue encontrada el 31 de diciembre sin vida.
Respondió que se cruzó en la entrada al trillo y que la joven bajó a desenganchar el alambre de la moto pero no recordó el día preciso en que ocurrió.