Esta semana, como en los días previos, los planes sociales volvieron a ser noticia. Esta vez fue por la posibilidad de que los Potenciar Trabajo sumen un bono, una suerte de “aguinaldo” tendiente a atender y aplacar la escalada de los precios que siempre se acentúa a fin de año. La medida se estudia en silencio y nada está por confirmarse todavía, pero la sola expresión de la posibilidad vuelve a poner el tema al tope de las discusiones.
En todo el planeta las crisis económicas traen consigo problemas en la generación y sostenimiento del empleo y, casi siempre, los estados reaccionan atendiendo a los desempleados con diferentes herramientas como subsidios o seguros transitorios.
Argentina no escapa a esa lógica, aunque queda claro que en nuestro caso las crisis, cualquiera sea el momento histórico, se extienden en el tiempo y se vuelven estructurales al igual que las atenciones estatales.
La crisis entonces se vuelve muy compleja, con un Estado quebrado intentando dar auxilio. A lo largo de estos años las respuestas a esta problemática económico-laboral fue y es incompleta porque pone el foco en la coyuntura y no en el escenario total. Por ejemplo, se asiste con planes sin brindar al mismo tiempo acciones de capacitación que mejoren las chances del que necesita el envión.
Al final de esa dinámica el panorama es siempre el mismo y lo único que cambia es el grado de empobrecimiento del Estado.