Quedó muy evidente la diferencia de diagnóstico que tiene el Ministerio de Ecología de la provincia respecto al Frente Ciudadano Ambiental Kaapuera sobre el estado de lo que queda de selva paranaense en territorio misionero.
Víctor Kreimer no será el primer ministro que se “cruce” en opiniones con las organizaciones de ambientalistas de la tierra colorada. Pero, justamente en el ámbito de las ONG, se siguen preguntando por qué el funcionario no genera una mayor apertura institucional a quienes trabajan comunitariamente por la preservación de los recursos naturales en los municipios.
Hasta el momento, en 2022, fue el propio gobernador Oscar Herrera Ahuad quien recibió al conjunto de organizaciones que componen el Frente Ambiental y Ciudadano Kaapuera, quedando con el compromiso de volver a encontrarse para avanzar en respuestas a los planteos que se hicieron (desde cultivo de pinos, desmontes, “congelar” los permisos de tala por parte de Ecología, entre otros).
Sin embargo, tanto la cartera a cargo de Kreimer como Cambio Climático (con el publicista Gervasio Malagrida al frente) no mostraron un diálogo constante, una convocatoria abierta que facilite el poder alcanzar consensos en las acciones de ambos lados (Estado y ONG).
¿Será tanta la diferencia que genera una “grieta” entre las partes en cuestión? Es fácil pensar en los objetivos que mueven a todos: no perder un centímetro más de selva, planificar medidas para la supervivencia de la fauna con una cadena alimenticia fortalecida y, muy especialmente, seguir siendo el “pulmón” más importante del país, por más que la Nación no reconozca en hechos tanto esfuerzo.