El psiquiatra suizo Carl Jung dice: “No nos urge saber la verdad sino experimentarla. La necesidad imperiosa no es poseer una concepción intelectual sino encontrar la senda hacia la experiencia interna, no racional y quizás impracticable en palabras”.
Su legado que es la elaboración de más de 30 años de trabajo e investigación sobre la filosofía de oriente y occidente, estos temas con un enfoque vivencial y que de alguna manera se trabaja en la práctica arteterapéutica.
Él habla de la imaginación activa (danza, dibujo, pintura, actuación).
La “imaginación activa” fomenta el proceso de curación entre el inconsciente, el cuerpo, la psiquis, instinto e imagen. Se necesita mucha energía. Respirar profundo.
Las emociones son innatas y complejas. Fue tendiendo puentes entre la psiquiatría, psicoterapia, arte y espiritualidad.
Los arteterapeutas trabajamos en este último enfoque, ya que es nuestra formación en las artes visuales y el posgrado de especialización en arteterapia desde la UNA. Buscar el camino hacia la simplicidad, llegar a ser “uno mismo” y el “sí mismo” es lo que no desaparece, lo que la realidad a veces oculta.
¿Y yo quién soy? Una guía, una “pequeña caja de herramientas” y a través de palabras, colores, formas, música, historias, movimientos, comienzas a ver tu “yo” interior. Escucharás, sentirás, verás en lo cotidiano, lo que más nos inspira y nos da felicidad. Nuestras manos, nuestra energía creadora se dirige a nuestro iluminado corazón. No hay escuelas, ni “maestros” ni interpretaciones, ni teorías. Es tu creación.
Algunos beneficios de las experiencias creativas
* Crear procesos creativos expande límites y mejora el engranaje social.
* No existe un imposible a la hora de crear y construir, en las manos hay puro potencial.
* Ayuda a bajar los niveles de estrés, ansiedad, fortalece tu salud emocional y autoestima.