Sería gracioso si no nos afectara tanto. Invitaría a la broma si las consecuencias no las pagáramos nosotros. Pero la realidad marca que las pésimas proyecciones que hicieron los Ministerios de Economía de la Nación en los últimos lustros respecto de la inflación son abrumadoras y lacerantes.
Al contrario de lo que esperaba el equipo económico dirigido por Sergio Massa, la inflación de la primera quincena de febrero nos advierte a todos que la escalada lejos está de detenerse. Los precios siguen recalentados y en el mejor de los casos podríamos cerrar un primer trimestre por debajo de los veinte puntos porcentuales.
Lo advierte, por ejemplo, el registro de la consultora Ecolatina que relevó la inflación de la primera quincena de este mes y midió 6,1%, muy parecido al 6% de la inflación del primer mes del año informada días atrás por el INDEC.
Según el seguimiento de Ecolatina, el rubro de los alimentos se encareció 9,2% entre la segunda quincena de enero y el mismo plazo de febrero, lo que va en línea con el nuevo costo de la canasta alimentaria, muy por encima del Índice de Precios al Consumidor.